Pruebas rápidas de detección de COVID-19, reporteros cubiertos con trajes químicos como si fueran a cubrir un desastre nuclear, y no un partido de futbol, y hasta candidatos a diputados federales se dieron cita el viernes en el Cuauhtémoc en la reapertura del estadio para la afición con el objetivo de seguir el Puebla-Pumas de la jornada 16 de la Liga MX.
Y es que nadie se quería perder a los Pumas en Puebla, ni siquiera los aficionados capitalinos que aprovecharon la cercanía de la Angelópolis con la Ciudad de México para hacer el viaje y ver por primera vez en un año a su equipo, aunque éste esté viviendo horas bajas.
“Venimos desde la Ciudad de México, traje a mi hija, tenemos esperanza de que Pumas gane hoy, aunque la verdad esta muy difícil. Pero aquí estamos para apoyarlos”, dijo Mauricio Cuéllar.
“Simplemente espero que ganen, no que jueguen bonito, que ganen. La verdad es un equipo sumamente limitado, no hay con qué competirle a los del norte (Tigres y Rayados), ni a Cruz Azul ni América; pero no perdemos la esperanza de calificar”, agregó.
ENTRE PROTOCOLOS Y CHELAS
Si bien la mayoría de los asistentes al estadio respetaron los lineamientos de higiene para el duelo, hubo quien llegó desde horas antes al compromiso “entonado” para hacer barra por su escuadra con chela en mano, importando poco se estuviera en medio de plena pandemia, tal y como lo hicieron fanáticas a Universidad Nacional para recibir el autocar de los auriazules en el Cuauhtémoc, pues total qué tanto es tantito.
Otros lo vivieron en pareja el cotejo, aunque fueran fanáticos de uno y otro equipo. Eso sí, reconocieron la noche del viernes al sábado dormirían separados por aquello del exabrupto por si ganaba el club contrario... todo sea en aras de evitar un divorcio.
“Hoy separados, no nos conocemos y si ganan los Pumas igual, dormirlos en cuartos separados, ni modo”, expresó Carlas Vargas, mientras su esposa lo veía de “lejitos” con cara de pocos amigos.
BRONCA
En la previa al duelo, en el acceso tres del Cuauhtémoc, se vivió un conato de bronca entre aficionados de Pumas y Puebla sin importar la sana distancia. Dichas puertas se cerraron de forma momentánea para evitar un problema mayor, mientras la fuerza pública actuaba para controlar a los rijosos.