La tranquilidad de Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, tal vez se esfumó el miércoles cuando a las oficinas del circuito llegó una notificación por parte de la apoderada legal de la BUAP, Rosa Isela Ávalos Méndez, avisando de “abstenerse a realizar cualquier acto jurídico, económico, financiero, comercial” con la franquicia de Primera División Lobos BUAP, o hoy en poder de los Bravos de Juárez.
El documento, firmado por la representante de la universidad, hace hincapié en el acuerdo del 30 de abril del 2018, cuando la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Mario Mendívil establecieron el pago de 180 millones de pesos para gozar del derecho a negociar la transmisión del control corporativo del club.
Dicho acuerdo establecía un plazo de tres años para saldar la cantidad mencionada con anterioridad a la Benemérita, pues sólo así Mendívil presumiría la chance de vender la franquicia a quien le placiera. Pero al no cubrir el presunto adeudo, carecía de la chance de vender al equipo a Juárez.
Por lo tanto, la venta de Lobos a Juárez se hallaría fuera de lugar.
Ahora, la universidad se apresta a cobrar los 90 millones de pesos como pago por la cesión de derechos por el traspaso del club. Sin embargo, insiste en el acuerdo de abril del año pasado para dar luz verde a la operación entre Mendívil y Juárez.