La dirigencia, o el hijo del presidente, por fin se comunicaron con la plantilla, los ocho miembros aún en poder del equipo, para oficializarles el viernes su libertad, al igual y como se hizo desde la semana pasada con los representativos femeniles e inferiores de La Manada. Pero del tema del finiquito, nada.
El drama continúa entonces en Lobos o en la franquicia en manos del empresario Mario Mendívil.
La directiva, además, aprovechó la primera reunión cara a cara con los futbolistas desde el fin del torneo para informarles la negativa en cuanto a entrar en los planes de los Bravos de Juárez.
“Por fin contestaron hoy, pero no nos dieron solución económica ni deportiva”, señaló en exclusiva a El Sol de Puebla, el cancerbero peruano Alejandro Duarte.
“Lo que nos importa es que se respete lo que aún tenemos en contrato. También nos dijeron que no fuimos parte del trato con Juárez, o que no nos consideran, y por eso nos dieron la libertad”, agregó.
El grupo de ocho futbolistas de la Asociación Mexicana de Futbolistas (AMFpro) sopesa la idea de buscar a la Asociación Mexicana de Futbolistas (AMFpro) y asesorarse.
El Sol de Puebla ha tratado de contactar con el representante de dicha comisión, Álvaro Ortiz, pero éste seguía sin contestar el teléfono.
En cuanto a la vía libre a los futbolistas, con el objetivo de contratarse con cualquier otra institución por cuenta propia, también se convierte en un claro indicio de la desaparición total de Lobos. Es decir, los hoy dueños de la franquicia tratarían por todos los medios de desprenderse de ésta para seguir haciendo dinero con la misma.
Lobos, cabe recordar, está “congelado” por la Liga/Ascenso MX para jugar en el ciclo futbolístico 2019-2020 en el balompié de la categoría de promoción, esto debido a carecer de certificación para jugar en dicho certamen.
LOS ADMINISTRATIVOS
En cuanto a los empleados de oficina y jardineros, éstos seguían esperando el viernes a los dueños en las oficinas del estadio Universitario. Los trabajadores del club terminaban contrato ayer a las 14.00 horas.
Una vez cumplido dicho lapso, las oficinas y el estadio Universitario pasarían una vez más a manos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Sobre el pago de los 90 millones de pesos a la universidad por parte de Mendívil y su grupo, el plazo se venció el jueves y aún se seguía sin noticias al respecto. Los empresarios debían de compensar a la BUAP con dicha cantidad si éstos vendían a Lobos, tal y como se anunció el martes pasado en la semana del futbol mexicano.