En enero pasado José María Fernández se preparaba para otro torneo siguiendo al “azul y blanco” desde casa en televisión, de manera virtual; tres meses después ni en el mejor de sus sueños imaginó asistiría al primer partido del Puebla con público en la grada desde el pasado seis de marzo del 2020.
“Chema”, uno de más de mil aficionados blanquiazules el lunes en Pachuca, no desaprovechó la oportunidad para viajar y arengar en La Bella Airosa a La Franja, pues pocas veces en mucho tiempo la ha visto como en el Torneo Guardianes 2021: sudando la camiseta, jugando de tú a tú, gustando y ganando.
El estado de forma del equipo de sus amores lo llevó a jugársela para hacer el viaje a pesar de la actual situación sanitaria, o desestimar los mil pesos que debió de gastar con tal de decir “presente” en el Hidalgo, aduana que abrió a comienzos de esta semana por primera vez sus puertas a la afición desde el malogrado Clausura 2020.
“Es una sensación muy padre, pensé mucho en si iba o no, sobre todo por la situación que estamos viviendo. También pensé que se trataría del único juego del Puebla que iba a ver en vivo en mucho tiempo, pero se trataba de una salida cercana y me ganó esa sensación de volver a ver al Puebla en vivo”, dijo en exclusiva Fernández para El Sol de Puebla.
“Así que me fui con mi familia, agarramos el sanitizante y siguiendo todas las medidas necesarias. Al final fue algo muy padre después de un año de no ver a La Franja en vivo, hoy es un día diferente porque es de las alegrías que te da el equipo cada determinado tiempo y pues hay que vivirlas porque no sabemos cuándo vamos a ver de nuevo al Puebla así, como ahora”, agregó con voz afónica.
UN 10 A LOS PROTOCOLOS
Respecto a si en el Hidalgo se ejecutaron los protocolos propuestos por la Liga MX para la vuelta de los aficionados al pie de la letra, el aficionado blanquiazul quedó sorprendido por la forma en cómo operaron en La Bella Airosa.
“Siempre se cuidó la sana distancia para entrar al estadio, te echaban gel, te sanitizaban y ya dentro del estadio me llamó mucho la atención cómo la seguridad les pedía a los aficionados que no se quitaran el cubre-boca o se sentaran en lugares donde no estaba permitido. Pero ya en el calor del juego los de la porra se quitaron el tapabocas y la gente de seguridad se les pegó para que no se los quitaran de nuevo”, explicó el fanático.
Sobre si le gustaría se abriera el Cuauhtémoc para el último juego como local del Puebla en la campaña regular, el próximo 23 de abril contra los Pumas de la UNAM, Fernández confía en la palabra del gobernador o la de la Secretaría de Gobernación sobre el mantener el dos veces mundialista a puerta cerrada para los fanáticos.
"La gente, y me incluyo, somos muy necios. No creo que nos comportemos en medio de la pandemia; además, el gobierno ya dijo que no y parece que debe de seguir así", remató.
- Más de mil aficionados del Puebla hicieron el viaje el lunes para seguir a su equipo en La Bella Airosa