Con su contratación con los Gallos Blancos del Querétaro, Rafael Puente del Río se convirtió en uno de los entrenadores capaces de contratarse después de un descenso.

A los clubes en México tal parece no importarles si su próximo técnico carga a cuestas con la perdida de la categoría de un club.

Al menos en los últimos tres ciclos futbolísticos los preparadores descendidos hallaron la forma de continuar su carrera en la Primera División.

José Guadalupe Cruz descubrió vida después de la muerte tras fallar en la labor de salvar a Dorados de Sinaloa en el Clausura 2016, pues al profe Cruz le dio el voto de confianza Atlas, quien en los amaneceres del último torneo lo cesó.

Luis Alfonso Sosa también se mantuvo vigente en el banquillo después de descender con los Leones Negros de la UdeG. Aunque, Sosa volvió a la máxima categorías vía un paso fugaz por el ascenso.

El exentrenador melenudo a su regreso a la categoría de promoción tomó las riendas de los Rayos del Necaxa para llevarlos a Primera División.

Sólo Sergio Bueno, quien hace un año descendía con los hoy extintos Jaguares de Chiapas, no se contrató.

El exestratega del Puebla no dirigió durante el último año.

Aunque el descenso tampoco les impidió a otros técnicos como Víctor Manuel Vucetich hacer una carrera exitosa.

El denominado “Rey Midas” perdió la categoría con los Tigres en la 95/96, pero volvió por sus fueros para ganar tres títulos de liga con Pachuca y Monterrey.