El horno no está para bollos. Once puntos totalizados en 14 partidos entre los dos en el Apertura 2018 ubican a los dos representantes poblanos en una situación más que preocupante en la Liga MX.
La misma situación preocupante de todos los años.
La diferencia es que ahora no solo es el Puebla, sino que también Lobos se unió al sufrimiento de estar luchando nuevamente por mantener la permanencia.
Le pasó en su primera temporada, donde después de firmar un primer torneo más que sorprendente terminó derrumbándose a la hora buena para terminar consumando un inesperado descenso, del que se salvó pagando 120 millones de pesos para mantener la permanencia.
Ahora la situación es peor.
Los Lobos suman solamente cuatro puntos en siete partidos, lo que los tiene de nueva cuenta en la última posición de la tabla porcentual y si no es último de la tabla general se lo debe al Atlas, que ha iniciado el torneo de manera desastrosa.
Paco Palencia de plano no encuentra la fórmula y para colmo de males se cura en salud, preguntando qué hacer si sus jugadores son incapaces de mandar la pelotita al fondo de las piolas.
Poco tacto para un técnico que tampoco se distingue por sus éxitos en el pasado y que con esos números parece tener las horas contadas al frente de los universitarios.
Se le viene el América, donde el resultado sentenciará su futuro. Si gana se queda, si pierde se va.
¿Y EL PROFE?
Del otro lado, el Puebla tampoco tiene de qué presumir. Siete puntos en siete partidos no era lo que se presupuestaba para estas alturas del torneo.
Esa derrota contra Veracruz vino a echar a perder todo, porque entregar tres puntos ante un rival que fuera de casa -y menos en Puebla- rara vez suma ES VERGONZANTE, como lo calificó el mismo profe Meza.
Su situación en el fondo tampoco es para alardear. Es antepenúltimo con 10 puntos por encima del Veracruz y dos debajo del Querétaro.
El viernes viene Monterrey, sublíder del campeonato y un rival de peso, que representa la prueba de fuego para ver de qué están hechos.
El horno no está para bollos. Y tanto el profe Meza como Paco Palencia saldrán a la octava jornada prácticamente con la soga al cuello y despertando el morbo de sus detractores, que se preguntan: ¿cuál cabeza rodará primero?