Las intenciones del rector de la BUAP Alfonso Esparza Ortiz sobre pelear por Lobos y devolverlos a casa, tras la publicación el domingo en redes sociales de un video hablando del tema, lucen como un reto contra los designios de los mandamases del futbol mexicano, pues al final éstos avalaron o palomearon la venta de la extinta manada a Ciudad Juárez para convertirla en los Bravos.

A decir del rector, él como representante de la máxima casa de estudios del estado irá ante los tribunales federales en búsqueda de justicia.

Es decir, comprobar por la vía legal y en otras instancias la presunta venta irregular de Lobos a tierras fronterizas y cómo la Liga MX o su representante Enrique Bonilla autorizaron el movimiento cuando Mario Mendívil, expresidente del conjunto licántropo, carecía de facultades para traspasarlos a otro estado.

“Es un gran desafío contra la liga, porque el rector planea acudir a los juzgados federales para que, a través del juicio correspondiente, se reclame la nulidad del traspaso que hizo el señor Mendívil, después de que ya el juzgado civil del estado les dio la razón en cuanto a los montos estipulados en el contrato, por esa venta.

“Sin embargo, una simple carta que se utilizó para el traspaso del equipo ante la Femexfut, no es un documento válido para ello, lo que podría hacer nula la operación. No se trata de un endoso de una factura de vehículo, es una situación de muchos millones”, explicó el ex árbitro profesional, abogado especialista en derecho civil y laboral, Ricardo Cerezo, al ser consultado por El Sol de Puebla.

“Es una operación formal que requiere de acta de asamblea y en este caso de la autorización del consejo universitario, lo que al parecer no sucedió”, explica Cerezo en relación a la venta de la franquicia universitaria a Ciudad Juárez.

Si la ley en instancias federales favorece a la BUAP, se marcará un precedente en la historia del futbol mexicano y dejará varias preguntas en el aire sobre qué pasará con la franquicia de Bravos en Juárez, otrora Lobos BUAP; o qué tipo de compensación recibirá la universidad, más allá de los 270 millones de pesos adeudados supuestamente por Mario Mendívil.

“Desgraciadamente la Femexfut, al tratarse de dinero, hace lo que les viene en gana y a su conveniencia, aunque sus actos estén fuera de la ley, como sucedió con la desaparición del ascenso”, añade el letrado.

“Evidentemente el rector irá a las instancias federales, porque como lo dijo, le da más confianza y seguridad, para evitarse sorpresas, influyentismos o corrupción.

“Él (el rector) está en lo correcto al demandar a la liga y a quien actuó en el traspaso, y créeme que hará sufrir en serio a los que hoy son dueños del balón en el país, si decide llegar hasta las últimas consecuencias”, abundó.

Para el licenciado Cerezo, la decisión del rector y la BUAP sentará un precedente, para evitar que operaciones así, sin el aval de las instancias correspondientes, se vuelvan a realizar en el futbol mexicano "por los pantales de sus dirigentes".

Sea como sea, en primera instancia luce complicado a Juárez le quiten la franquicia comprada a Mario Mendívil, pues a decir de su presidente deportivo Guillermo Cantú ellos “cumplieron con los requerimientos” de un negocio entre particulares y por tal razón la liga presumía la última palabra al avalar la venta.

"Si la venta fue avalada por la Federación y el acuerdo fue entre particulares (Lobos BUAP y Federación), nosotros no tenemos mucho que decir porque acatamos todos los requerimientos. (La presunta venta ilegal) si nos inquieta, pero tratamos de mitigarlo y la liga tiene más que decir que nosotros", indicó a comienzos de septiembre Cantú a W Deportes.

Juárez con estas palabras prácticamente se desmarcó de todo lo derivado y le tiró la bolita a la competencia.

En la frontera, por lo tanto, hay tranquilidad hasta hoy de contar con su lugar en Primera garantizado, aunque todo cambiaría si la ley dictamina una inhabilitación de su franquicia en caso de fallar a favor de la BUAP.

Si se inhabilita al club, la Liga o la Federación estarán ante un lio serio. Todo cambiaría si Mendívil es capaz de demostrar que el equipo antes conocido como Lobos ya no dependía ni le pertenecía a la universidad como él dice y sí se trataba ya de una Asociación Civil, pues en todo caso Mendívil hizo un negocio con Esparza Ortiz y no con él como representante de la BUAP. Es más, a la universidad ni siquiera se le debería de considerar.

Esto último, según se dice, es del conocimiento del circuito.

• No es la primera que la casa de estudios desafía o va contra la corriente en el futbol mexicano, pues cuando ascendió en 2017 no aceptó de Televisa la primera oferta para entregar o venderle sus derechos de transmisión. Al final, con un trato en apariencia justo, la BUAP acabó firmando con dicha cadena