A la noche en el cubil únicamente le faltó la luna llena y un gol de Leo Ramos, pues los Lobos aullaron a los cuatro vientos devorando 3 por 1 a los Xolos de Tijuana para distanciarse en la porcentual de los Tiburones Rojos del Veracruz, en la noche donde éstos cayeron 2-0 con Rayados de Monterrey.
En la víspera al duelo entre licántropos y perros fronterizos, el técnico universitario Juan Francisco Palencia hablaba de la necesidad de sumar de a tres por primera vez en casi 30 días para ahora sí calificar de positiva la racha de juegos sin perder de La Manada.
La seguidilla, por cierto, cuenta desde hoy de seis partidos perfectos y contando… el contando, a decir verdad, se halla en veremos cuando la próxima semana Lobos afrontará la prueba más complicada del calendario visitando al campeón de copa, Cruz Azul y en el estadio Azteca.
Francisco Palencia se mostró coherente en la cancha en relación al discurso del jueves cuando charló abiertamente de la necesidad de atacar para quebrar la racha de tres juegos sin ganar de su equipo, y sorprendió con la titularidad del delantero turco Colin Kazim-Richards.
La irrupción en el 11 del turco volvía a Lobos más peligroso, pues mientras la zaga fronteriza se hacía cargo de Leo Ramos y trataba de controlarlo; Ricahrds aparecía en el área suelto, aprovechando la falta de atención a su persona como sucedió en la jugada del primer gol.
El europeo, pasada la media hora de partido, apareció por sorpresa a segundo poste para rematar barrido un balón colgado de Leo Ramos. El turco simplemente se deslizó para superar a su marcador y contactar con la punta del botín el esférico para subir el primero en electrónico ante el estéril lance del portero Lajud.
Antes, el cancerbero universitario Toño Rodríguez salvó a los suyos del 1-0 cuando voló para sacarle un remate con sello de gol a Damián Canto.
Con el gol como el táctico, La Manada se llenó de balón y confianza; pero falló al momento de reflejarlo en el marcador y con la mínima ventaja llegó a la reunión de las tropas del descanso, donde seguramente el discurso de Palencia hizo énfasis en acabar al rival.
Aunque algo salió mal a la hora de regresar al campo y justo a los tres minutos de la reanudación, Xolos emparejaba con un remate con la testa de José Ignacio Rivero.
La igualada se trataba de un trago amargo, difícil de digerir por lo mostrado por uno y otro equipo en la previa al tanto de Rivero.
Pero Tijuana celebró como si la anotación le pusiera fin a su mal paso cuando al juego le quedaba un mundo y 60 segundos después volvía a su realidad gracias a Colin Kazim-Richards.
Sí, el turco firmaba el doblete y despejaba dudas de su compromiso con el equipo, el cual se cuestionó durante su período de baja por padecimientos físicos.
Y como en la jugada del primer tanto, Leo Ramos pasó de rematador a asistente lanzándole al turco un centro milímetro al corazón del área. El resto se trató de un pase a la red.
Luego, el alto mando universitario jugó su partida de ajedrez y retiró del campo a Jordan Sierra para darle cabida a José Joaquín Esquivel: se iba un hombre de recuperación y creación por otro de defensa.
Palencia también refrescó el ataque sacando a Richards por Lainez.
Con la entrada de Mauro quedaba clara la apuesta: dejar en punta a Ramos para coronar a través de una electrizante contra.
La contra llegó vía Lainez para darle la razón a Palencia del cambio.
El “19” a toda velocidad hizo suya la pradera izquierda, enfiló a la meta, con Ramos jalando la marca de dos hombres y sintiéndose libre optó por disparar para el tercero.
¿Quién dijo que Lobos depende de Ramos…?
La efervescencia del tanto llevó a Lainez a quitarse la playera en el festejo, olvidando el cartón preventivo recibido minutos atrás.
Al central Luis Enrique Santander Aguirre no le quedó más que pintarlo por segunda vez de amarillo y mandarlo las regaderas.
Lobos, a jalones y estirones, ilusiona hoy con quedarse en Primera aprovechando el naufragio de los escualos.