Al finalizar el partido Juan Francisco Palencia, técnico de Lobos, evaluaba con buena nota a sus dirigidos tras empatar en el Universitario sin goles contra Atlas.
“El Gatillero” vio un partido donde La Manada gozó de llegada, pero Colin Kazim-Richards se encargó de depositar la más clara y la esperanza del triunfo licántropo en el poste izquierdo de la meta defendida por José Hernández tras un penal sobre Luis Olascoaga en la agonía del primer tiempo.
A Olascoaga, dueño de la parcela derecha hasta hoy, lo recargó Ismael Govea en el área cuando intentaba el remate de cabeza justo en el minuto 45.
El central Oscar Macías juzgó falta y no titubeó al sentenciarla con la pena máxima, pues desde el Mundial la costumbre entre los silbantes es sancionar cualquier contacto en el área con penalti.
A Kazim-Richards, quien pidió el esférico con la ilusión de estrenarse en el futbol mexicano como goleador, le ganó la emoción y le puso de más a la bocha…
Y es que tras perfilarse, fintó sobre la carrera, pero Hernández no mordió el anzuelo; sin embargo, la pelota alcanzó a superar al guardameta hasta cimbrar el palo y después irse para fuera.
Tras el fallo, el reclamo de los aficionados no faltó en el cubil… “Pero qué hizo, pinche turco”, se escuchaba entre el respetable, quien aguantó en el graderío la tempestad que caía en el Universitario.
Atlas, más peligroso hasta antes del penal sobre Olascoaga, lograba una victoria moral para encarar la parte complementaria después de fallar hasta cinco disparos, los cuales necesitaron de la mejor versión del portero universitario Antonio Rodríguez.
En el segundo tiempo, Lobos recuperó la posesión, pero le faltó profundidad.
Atlas tampoco lucía incomodo sin el esférico, pues si lo recuperaba en la mitad del campo apostaba por la verticalidad.
Aunque los Rojinegros, poco a poco entendieron de la importancia de salir del cubil con un punto y se tiraron más y más atrás hasta permitirle sobre la hora un intento a La Manada a través de Abraham González.
El español entendió el partido hasta ese momento, dejó de tratar de ganarlo con centros al área estériles y apostó por un intento de media distancia, el cual casi mete a su propia meta José Hernández. El portero de la Academia dudó en contener el balón o mandarlo a tiro de esquina y cuando éste lo alcanzó, apenas lo desvió para depositarlo por encima de la red.
La Manada volvió a sumar, pero dos puntos se le escaparon de las manos en casa.
Atlas, por fin registró después de dos partidos mordiendo el polvo. Además, detuvo la sangre colgando su primer cero en el torneo.
Empate, que en las cuentas finales del ciclo 2018-2019, favorece a los Rojinegros por aquello de la carrera por mantener la categoría.