Sí, el cuento de nunca acabar con el arbitraje. Pero también el cuento de nunca acabar a la hora de defenderse para el Puebla ante un Santos, el quinto peor ataque del torneo, tan fino el viernes en el Cuauhtémoc como para acabar ganando 2-0.
El conjunto de La Comarca es el ogro, la bestia negra de La Franja, pues ya son 15 partidos desde el 2013 sin permitirle nada, ni siquiera cosquillas. Aunque ayer parecía se le inquietaba con el futbol de tres ases: Omar Fernández, Christian Tabó y Osvaldo Martínez, pensadores y ejecutores del futbol poblano.
Los tres extranjeros recordaban a los mosqueteros jugando todos para uno y uno para todos, pues tocaban, combinaban y se convertían en la primera línea de defensa del Puebla con esa presión alta tan en boga en el futbol moderno.
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Contra dicha tercia, a Santos no le quedó más que replegarse y defenderse por amontonamiento. Menudo lío debía de resolver el téncico lagunero Guillermo Almada, pero la pausa para la reunión de las tropas quedaba aún muy lejos.
Pero el embrollo, sobre qué decirle a sus dirigidos para provocar una reacción, se lo acabó resolviendo el central Marco Antonio Ortiz Nava cuando pitó un penal tras una aparente falta de Néstor Vidrio sobre Fernando Gorriarán.
En la acción, ambos hombres fueron por arriba en búsqueda de la pelota, pero Vidrio acabó contactando a Gorriarán de forma mínima, aunque suficiente para Ortiz como para decretar la pena máxima sin dudar y sin la necesidad de acudir al Videoarbitraje (VAR), mientras los de La Franja le reclamaban una acción similar sobre Tabó del otro lado de la cancha y en donde hubo jalón con caída incluida.
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Julio Furch hizo buena aquella máxima del juego sobre “el gol es el táctico” y tras embocar en la red el disparo desde los 11 pasos, terminó de acomodar a Santos. Puebla mostró temple y siguió fiel a la idea de generar a través del tridente Martínez-Fernández-Tabó.
Sin embargo, los de La Comarca Lagunera pasaron de primera a tercera con David Andrade animándose para aplacar la crecida poblana. El futbolista albiverde encaró a la tibia marca blanquiazul, la cual se echó hacia atrás en lugar de ir a presionar y le brindó tiempo de pisar el esférico para enganchar hacia dentro, crearse el espacio y vaciar la pierna para subir el 2-0 al marcador.
El gol exhibió a Vikonis, pues el portero uruguayo jugaba muy a su derecha en el momento del disparo, regalando el centro y todo el costado izquierdo. Además, en el lance se vio lento y atacando la redonda de forma poco ortodoxa… claro, siempre será más fácil ver los toros desde la barrera.
Después no hubo tiempo para remontadas épicas.
Sea como sea, Santos ya rebasó a Puebla en la tabla general.
La pausa de la fecha FIFA resultará larga en el campamento blanquiazul y en la misma resultará fundamental mantenerse con la cabeza fría, cuando en la reanudación de la competencia aparece el campeón del futbol mexicano, Rayados de Monterrey.