A falta de confirmación de las autoridades correspondientes, misma que llegaría en las próximas semanas por medio de una rueda de prensa, Puebla acogerá el Grand Prix Internacional de futbol para ciegos y débiles visuales desde el 29 de julio al 8 de agosto de este año.
De esa manera, el evento se realizaría por primera vez fuera de Japón contando con la participación en la selección nacional de cuatro elementos poblanos.
El torneo inclusive lo confirmó el Comité Paralímpico Mexicano (COPAME) hace par de días a través de sus redes sociales. El COPAME felicitó a la gestión de la Federación Mexicana del Deporte para Ciegos y Débiles Visuales, A.C., para atraer este certamen a territorio nacional.
La llegada del evento a México le brinda la chance a la selección de ciegos y débiles visuales de participar por primera vez en el mismo; además de foguearse al más alto nivel y ante los mejores del mundo.
A decir de elementos del elenco mexicano como Moisés Cerezo, futbolista de los Topos de Puebla, “este torneo sólo se ha hecho en Japón con la participación de las mejores ocho selecciones del planeta y estamos contentos porque se haga aquí; ahora habrá que pelear por estar en la selección, donde estamos 18 y sólo quedarán ocho para jugar el Grand Prix”, explicó el campeón de la Liga Mexicana de Futbol Ciegos.
La primera citación del combinado tricolor rumbo a la competencia se efectuará del 15 al 20 de mayo y luego del 22 al 27 del mismo mes. Ambas convocatorias se celebrarán en la Angelópolis.
Para México han confirmado su participación naciones como Brasil, Argentina, Japón, Chile y Costa Rica. Aunque se está a la espera de la asistencia de naciones como China, España y Colombia.
El certamen, cabe destacar, es clasificatorio a la Copa del Mundo de la especialidad en 2023 en Birmingham, Inglaterra.
¿QUÉ ES IBSA BLIND FOOTBALL?
El futbol para ciegos y débiles visuales es un deporte relativamente joven, pues debutó como especialidad a nivel internacional en los Paralímpicos de Atenas en 2004. Esta rama del soccer se juega cinco contra cinco: cuatro jugadores de campo y un portero participan.
El arquero es el único miembro del equipo sin ningún tipo de discapacidad visual y a quien los jugadores en cancha tratan de batir con un balón que en su interior presume un cascabel para ubicar a través del sonido a los futbolistas.
Los elementos en cancha juegan con un antifaz, ya que participa gente con ceguera total o parcial.