Ha sido una constante en la política mexicana ver a los mismos personajes en distintos partidos, sin mayor problema un día defienden unos colores y al día siguiente otros. Algo semejante pasa en nuestro futbol, así que vale la pena preguntarse qué puede suceder al traer a alguien que no es de los “mismos”.
Después de una exitosa campaña, asumiendo las limitaciones del Puebla, Juan Reynoso se va del equipo después de haber calificado y dejado en el camino al todavía campeón Monterrey.
También se ha ido el hombre más importante y el cual fue pieza fundamental para que la Franja pudiera salir, aunque sea un torneo, de una historia de mediocridad, el portero Nicolás Vikonis.
Ahora la directiva camotera ha puesto sus ojos en un argentino totalmente desconocido en nuestro balompié nacional, Nicolás Larcamón, quien ha tenido éxitos con equipos modestos del cono sur, llegando a disputar una final de la Copa Sudamericana. Su corta edad y su posición en el banquillo se originan por el hecho de que nunca fue jugador profesional, circunstancia que algunos señalan como indispensable para poder ser un buen timonel, aunque existen excepciones, como Mourinho en cuanto a no haber pisado una cancha y pateado un balón.
El tema a discutir se remite a la viabilidad de traer a alguien de ese perfil o buscar uno de los de siempre. En nuestro país hemos visto un reciclaje total de técnicos, quienes llegan a tener varias etapas en un mismo equipo, sin que se vean resultados distintos. También tenemos a quienes nunca han sido buenos y han tenido grandes oportunidades, y siguen siendo contratados pese a su pobre trayectoria, tal es el caso de Sergio Bueno; o quienes han mostrado un buen juego y han dirigido a notables equipos, pero sin que tengan un palmarés importante, tal es el caso de Ricardo Antonio Lavolpe, un argentino creador de una corriente futbolística, pero que solo tiene un título en su haber.
Vucetich, el “Piojo” Herrera, el “Ojitos” Meza, Alfredo y Luis Fernando Tena y el “Chepo” de la Torre son nombres que son una constante, algunos con una fama muy ganada y que inclusive cobran bastante por sus servicios, situación que pone al Puebla en desventaja debido a la poca inversión que tiene desde hace décadas, es por eso que la apuesta resulta interesante. Si con los conocidos, que además pueden ser caros, no ha habido resultados, quizá alguien totalmente ajeno a la Liga MX pueda dar mejores dividendos, o al menos lograr quedarse a media tabla y lejos del descenso.
El joven argentino que muy posiblemente llegué a tierras angelopolitanas parece que trae entusiasmo y ha dado chispazos, quizá ha hecho mucho con poco, así como lo realizó el “Chelís” hace más de una década. Simplemente esperemos que no sea un rotundo fracaso y que nuestro Puebla pueda dar rápidamente alguna emoción como la que vivimos recientemente. Hasta la próxima semana.
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