Sin duda alguna, la reciente final de Copa del Mundo nos llenó de emociones, dando como resultado el campeonato de una Argentina que tenía una sed añeja por obtener este título. Este encuentro ha sido catalogado como la final más emocionante y ahora hay quienes señalan que supera al encuentro mencionado en el encabezado, acaecido en 1970, por lo cual haremos unas comparaciones.
En ese primer Mundial celebrado en México, el partido en cuestión fue de semifinales, donde los históricos de Europa se enfrentaban en un clásico que aún no tiene parangón en el viejo continente. Los italianos se adelantaron en los primeros minutos del encuentro, mientras que los germanos alcanzaron un empate de último minuto, con su clásica fortaleza y empuje, lo cual pudiera haber parecido un golpe anímico total sobre sus rivales, más cuando el “bombardero” Müller aventajó a la Mannschaft. Los azzurri pudieron empatar y nuevamente tomar la ventaja de 3-2, sin embargo, una vez más los alemanes sacaron la casta y lograron empatar a 3 tantos. Un minuto después, jugando con el alma, Gianni Rivera puso el definitivo 4-3 que quedó escrito con letras de oro en Coloso de Santa Úrsula.
Las emociones del pasado domingo fueron absolutas, los albicelestes llevaban una cómoda ventaja al 80 del tiempo corrido, pero un penal bien cobrado por Mbappé dio un respiro que se volvió euforia pura, ya que, dos minutos después, el diez francés hizo un certero tiro cruzado de una casi media tijera. En el tiempo extra apareció el legendario Messi para aventajar y otra vez Les Blues lograron el empate, después de una mano en el área sancionada por el árbitro. Ambos equipos tuvieron para ganar mediante ocasiones claras de gol, sin embargo, hubo que ir a los tiros desde los once pasos, donde el cancerbero argentino estuvo acertado, al igual que los cobradores, dando lugar al triunfo de los sudamericanos.
Es difícil hacer un comparativo entre los encuentros del 70 y el actual, pero vayamos por pasos: una final siempre será más importante que una semifinal; el hecho de que se enfrentaran dos históricos de Conmebol y Uefa creo que también enriquece el juego, porque no solo hubo participantes europeos; el haber llegado a penales y no solo a tiempo extra, da una carga de dramatismo, esto aunado a que el juego pudo ser para cualquiera, a diferencia del Italia-Alemania, donde en los últimos 8 minutos se evidenció esa jetatura de la azzurra que existe hasta hoy, ya que nunca ha perdido un partido oficial frente a los germanos, en tiempo regular y extra.
El argumento a favor del encuentro en el Azteca es que hubo un derroche de fuerza física y ánimo, recordando que en ese entonces no existían los grandes salarios y verdaderamente el portar la camiseta nacional era algo casi heroico, a diferencia del mercantilismo de hoy.
Puede haber cuestionamientos, pero indudablemente esta final ha sido la más emocionante y es el partido de este siglo y quizá el del XX también. Disfruten en familia de esta navidad, si tomas, no manejes.
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