Mejor entrada que el anterior festejo, aun así pobre asistencia. Buen clima y ambiente en los tendidos. Héctor Gabriel dos orejas y ovación, Ocaña Serrano dos avisos y ovacionado y Luis Ignacio ovacionado.
OCAÑA SERRANO VOLUNTAD A RAUDALES
Ocaña Serrano vestido de blanco y oro con su primer ejemplar de Real de Saltillo con 500 kilos ha dejado una grata impresión. A pesar de los dos avisos, Ocaña nos mostró una faceta lidiadora, poderosa y de valor ante un ejemplar que exigió el carnet desde salida. Con la capa, el de Jaén, España, desegañó al negro saíno de Real de Saltillo que después peleó con fuerza en la cabalgadura. Ya con la muleta, el toro se volvió violento principalmente por el pitón izquierdo donde además se quedaba corto. Por lo que la faena brilló más por la diestra. Cuando la oreja estaba ganada, pinchó en tres ocasiones y mató de descabello por lo que se retiró entre fuentes palmas.
Con su segundo, el español ha estado superior ante un ejemplar con calidad y recorrido. Ocaña lo toreó con sabor con la capa, Verónicas y un quite por Chicuelinas en los medios con mucho sabor. Tras el breve paso en el caballo, Ocaña comenzó su labor muletera de rodillas en los medios. Para después torear con sabor por ambos lados conectando con el respetable. Faena con duración y esforzada. Pinchazo y estocada que terminó en palmas.
LUIS IGNACIO
El torero de Zacatecas recibió a un alto cárdeno claro de Guanamé que tuvo calidad principalmente por el lado diestro con cual el joven matador estuvo voluntarioso y alegre desde la capa. Con la muleta estuvo esforzado queriendo agradar al respetable. Mató de estocada ligeramente desprendida y entera para salir al tercio.
HÉCTOR GABRIEL PROFETA EN SU TIERRA
El poblano de azul rey y oro ha caído de pie en su plaza. A su primero de Real de Saltillo le cortó las dos orejas tras una faena redonda por ambos lados. Pero que tuvo mayor calado por el natural. Con el percal lanceó con sabor a la Verónica que el respetable de inmediato. Tras el puyazo, el poblano realizó quite por navarras. Ya con la muleta, Héctor recetó un concierto de muletazos por ambos lados pero el izquierdo y la faena fue de altos vuelos ante un bravo ejemplar con calidad. Estocada en buen sitio y hasta la bola para cortar las dos orejas.
Con su segundo de Real de Saltillo Héctor nuevamente estuvo de altos vuelos. Dejando un grato sabor en sus paisanos por su toreo aseado y clásico. Cuando mejor se encontraba toreando por la diestra, el toro se quedaba corto y en un momento lo prendió de fea manera dejando al torero inerte sobre la arena, conmocionado. La cuadrilla se lo llevó a la enfermería pero salió pronto para seguir toreando y pasaportar al morito. Petición de oreja que no se concede. Salida en hombros del poblano.