/ martes 10 de diciembre de 2019

¡Historia de éxito! Paquín Estrada, uno de los consentidos de Puebla

Jugó siete campañas en la angelópolis donde fue campeón con los Ángeles en 1979; como manager dirigió a los Pericos en 1995

Veintiséis temporadas detrás del plato, siete de ellas defendiendo los colores de Puebla; receptor de lujo de aquellos inolvidables Ángeles campeones de 1979, tres campeonatos como manejador en la Liga Mexicana de verano, tres Series del Caribe ganadas –una como jugador y dos como manager- y la entronización al Salón de la Fama en el año 2000, son parte de los logros de Francisco “Paquín” Estrada Soto que nació para ganar dentro del beisbol y quien ayer a los 71 años de edad dejó de existir en su natal Navojoa, Sonora.

El pequeño gigante nacido en Navojoa, Sonora el 12 de febrero de 1948 se la pasó varias semanas en el hospital, donde fue internado por un problema cardíaco que se le combinó con complicaciones renales y pulmonares. Al final perdió el juego de su vida.

“Paquín” fue un ídolo en Puebla, a donde llegó en 1974 después de su debut con Diablos en 1966 y tomarse su tacita café en Grandes Ligas con los Mets de Nueva York en 1971, cuando un 14 de septiembre debutó frente a los Expos de Montreal. Tomó dos turnos y sacudió un imparable.

Fue su único juego, ya que los dos años siguientes los pasó en sucursal.

Llegó a Puebla en aquel 1974 cuando el equipo pertenecía a la sociedad que conformaban William Budib, Emilio Tame y Rafael Moreno Valle, para convertirse en uno de los grandes ídolos de la afición.

Puebla quería a “Paquín” y “Paquín” adoraba a Puebla.

Estuvo siete temporadas en Puebla. Le tocó la venta a los Pérez Avella, donde don Jaime convirtió al equipo en Ángeles de Puebla en 1976.

Con “Paquín” detrás del plato, los Ángeles se convirtieron en protagonistas estelares en el circuito de verano, pero por tres campañas se quedaron como “ya meritos”, hasta que llegó aquella inolvidable campaña de 1979 cuando comandó a esa nave dirigida por Jorge Fitch manejando un staff de pítcheo de lujo que encabezaron Ernesto Azcárraga, Fernando López, César Díaz, Pablo Gutiérrez Delfín, Ramón Munguía, Antonio Pulido, entre muchos más.

Fue una campaña de ensueño, donde los Ángeles liquidaron en siete juegos a los Indios de Ciudad Juárez, en una batalla llena de dramatismo.

En el juego decisivo “Paquín” apareció como cuarto en el orden al bate de Jorge Fitch.

Foto: Archivo El Sol de Puebla

“Era un equipazo”, recordaba con humildad “Paquín”, que volvió a ver a sus compañeros en 2017 en el homenaje que se le rindió a los Ángeles campeones de 1979 durante el choque inaugural entre Bravos de León y Pericos de Puebla. El de Navojoa era el timonel de los guanajuatenses.

Fue la última vez que dirigió, en una carrera que abrazó como manager-jugador en 1983 llevando al trono a los Piratas de Campeche.

Fue uno de los tres títulos que ganó como timonel. Lo repitió con los Bravos en 1990, y el último en uno de sus tantos regresos a Campeche en 2004.

En el invierno acrecentó su historia con seis títulos al frente de Tomateros y uno más con Mexicali, además de sus dos series del Caribe en 1996 y 2002.

Con Puebla permaneció seis campañas y parte de 1980 cuando los Ángeles llevaban un paso impresionante en la División del Sur y apareció la huelga.

“Paquín” fue junto con el “Zamorita” Hernández y otros más de los pocos que se alejó del proyecto y los Pérez Avellá se llevaron lo que les quedó a Campeche para resurgir como el Ave Fénix.

AL FIN

“Paquín” jugó su última campaña en 1984 con Minatitlán, equipo al que dirigió durante tres años después de dejar a León en 1991.

Puebla, en dos etapas diferentes lo había buscado, pero no había tenido la fortuna de contar con él.

Foto: Archivo El Sol de Puebla

Fue hasta 1995 cuando llegó como timonel de los Pericos y los tuvo en la pelea durante gran parte de la temporada, pero todo se derrumbó. En esa campaña terminó con marca de 52 triunfos, 63 derrotas y un juego empatado.

Al año siguiente la franquicia se vendió a Cancún y él se fue con el grupo para dirigir durante cuatro años a Cancún.

De ahí siguieron los Leones, regresó a Campeche por tercera vez para hacerlo campeón, y de ahí comandó a Chihuahua, Saltillo y León, entre otros más.

En total dirigió 31 temporadas en el verano y en 2006 fue el primer manager de México en el Clásico Mundial.

Se fue un inmortal del beisbol mexicano que se distinguió siempre por su humildad y don de gente.

Descanse en paz, el inolvidable “Paquín”.

  • 116 PARTIDOS dirigió a los Pericos en la campaña de 1995
  • 830 PARTIDOS defendió las franelas de Pericos y Ángeles
  • 26 TEMPORADAS jugó en Liga Mexicana de Verano

Veintiséis temporadas detrás del plato, siete de ellas defendiendo los colores de Puebla; receptor de lujo de aquellos inolvidables Ángeles campeones de 1979, tres campeonatos como manejador en la Liga Mexicana de verano, tres Series del Caribe ganadas –una como jugador y dos como manager- y la entronización al Salón de la Fama en el año 2000, son parte de los logros de Francisco “Paquín” Estrada Soto que nació para ganar dentro del beisbol y quien ayer a los 71 años de edad dejó de existir en su natal Navojoa, Sonora.

El pequeño gigante nacido en Navojoa, Sonora el 12 de febrero de 1948 se la pasó varias semanas en el hospital, donde fue internado por un problema cardíaco que se le combinó con complicaciones renales y pulmonares. Al final perdió el juego de su vida.

“Paquín” fue un ídolo en Puebla, a donde llegó en 1974 después de su debut con Diablos en 1966 y tomarse su tacita café en Grandes Ligas con los Mets de Nueva York en 1971, cuando un 14 de septiembre debutó frente a los Expos de Montreal. Tomó dos turnos y sacudió un imparable.

Fue su único juego, ya que los dos años siguientes los pasó en sucursal.

Llegó a Puebla en aquel 1974 cuando el equipo pertenecía a la sociedad que conformaban William Budib, Emilio Tame y Rafael Moreno Valle, para convertirse en uno de los grandes ídolos de la afición.

Puebla quería a “Paquín” y “Paquín” adoraba a Puebla.

Estuvo siete temporadas en Puebla. Le tocó la venta a los Pérez Avella, donde don Jaime convirtió al equipo en Ángeles de Puebla en 1976.

Con “Paquín” detrás del plato, los Ángeles se convirtieron en protagonistas estelares en el circuito de verano, pero por tres campañas se quedaron como “ya meritos”, hasta que llegó aquella inolvidable campaña de 1979 cuando comandó a esa nave dirigida por Jorge Fitch manejando un staff de pítcheo de lujo que encabezaron Ernesto Azcárraga, Fernando López, César Díaz, Pablo Gutiérrez Delfín, Ramón Munguía, Antonio Pulido, entre muchos más.

Fue una campaña de ensueño, donde los Ángeles liquidaron en siete juegos a los Indios de Ciudad Juárez, en una batalla llena de dramatismo.

En el juego decisivo “Paquín” apareció como cuarto en el orden al bate de Jorge Fitch.

Foto: Archivo El Sol de Puebla

“Era un equipazo”, recordaba con humildad “Paquín”, que volvió a ver a sus compañeros en 2017 en el homenaje que se le rindió a los Ángeles campeones de 1979 durante el choque inaugural entre Bravos de León y Pericos de Puebla. El de Navojoa era el timonel de los guanajuatenses.

Fue la última vez que dirigió, en una carrera que abrazó como manager-jugador en 1983 llevando al trono a los Piratas de Campeche.

Fue uno de los tres títulos que ganó como timonel. Lo repitió con los Bravos en 1990, y el último en uno de sus tantos regresos a Campeche en 2004.

En el invierno acrecentó su historia con seis títulos al frente de Tomateros y uno más con Mexicali, además de sus dos series del Caribe en 1996 y 2002.

Con Puebla permaneció seis campañas y parte de 1980 cuando los Ángeles llevaban un paso impresionante en la División del Sur y apareció la huelga.

“Paquín” fue junto con el “Zamorita” Hernández y otros más de los pocos que se alejó del proyecto y los Pérez Avellá se llevaron lo que les quedó a Campeche para resurgir como el Ave Fénix.

AL FIN

“Paquín” jugó su última campaña en 1984 con Minatitlán, equipo al que dirigió durante tres años después de dejar a León en 1991.

Puebla, en dos etapas diferentes lo había buscado, pero no había tenido la fortuna de contar con él.

Foto: Archivo El Sol de Puebla

Fue hasta 1995 cuando llegó como timonel de los Pericos y los tuvo en la pelea durante gran parte de la temporada, pero todo se derrumbó. En esa campaña terminó con marca de 52 triunfos, 63 derrotas y un juego empatado.

Al año siguiente la franquicia se vendió a Cancún y él se fue con el grupo para dirigir durante cuatro años a Cancún.

De ahí siguieron los Leones, regresó a Campeche por tercera vez para hacerlo campeón, y de ahí comandó a Chihuahua, Saltillo y León, entre otros más.

En total dirigió 31 temporadas en el verano y en 2006 fue el primer manager de México en el Clásico Mundial.

Se fue un inmortal del beisbol mexicano que se distinguió siempre por su humildad y don de gente.

Descanse en paz, el inolvidable “Paquín”.

  • 116 PARTIDOS dirigió a los Pericos en la campaña de 1995
  • 830 PARTIDOS defendió las franelas de Pericos y Ángeles
  • 26 TEMPORADAS jugó en Liga Mexicana de Verano

Cultura

Biblioteca Palafoxiana, la primera pública del país y de América | Los tiempos idos

La integran 45 mil 059 volúmenes divididos en tres colecciones escritos en 14 idiomas y distribuidos en 54 materias

Local

Descartan problemas financieros en San Andrés Cholula pese a recortes

Tesorero señala que están garantizados los pagos de las prestaciones de fin de año

Policiaca

Vinculan a proceso a Marilyn N, quien al parecer se hacía pasar como psiquiatra en Puebla

Se le impuso como medida cautelar prisión preventiva justificada mientras se realiza la investigación complementaria

Estado

Reducen expectativas para la zafra en Chietla

Los productores destinaron menos hectáreas de cultivo a la caña para ocuparlas en la producción de maíz

Local

Identificados, sujetos que atacaron a jefe policiaco en Hacienda de Santa Clara

Fernando Rosales, titular de la SSC, indicó que también están ubicados los vehículos involucrados

Local

‘El puente de la reconciliación está construido’, dice Salomón al rendir último informe

Sostuvo que su designación por el Congreso Local, tras la muerte de Luis Miguel Barbosa, fue pulcra, sin coacción y por lo tanto incuestionable