La mexicana Osiris Machado logró subir al podio en sus primeros Juegos Paralímpicos al ganar la medalla de bronce en la prueba de lanzamiento de disco, categoría F44. La paratleta nayarita completó así un extraordinario ciclo en el que ya se había consagrado como la mejor del continente, y ahora lo hizo como la tercera mejor del mundo.
Apenas a sus 20 años, Machado ha cautivado al mundo con la fuerza de su brazo, el cual le permitió subir al podio al lanzar a una distancia de 40.01 metros en el Stade de France, pero también de su corazón. Eso le permitió colgarse la medalla de bronce, solo por debajo de las chinas Yue Yang y Juan Yao, ganadoras del oro y la plata con registros de 42.39 y 41.98, respectivamente.
“La verdad se siente muy bonito, creo que con palabras no se podría describir la emoción que se siente al estar enfrente de todos y que todos celebren contigo. Estoy muy feliz porque estoy debutando en París 2024, feliz y contenta de haber obtenido la medalla de bronce. La verdad yo sí venía buscando una medalla, no sabía de qué color, se hizo la de bronce y yo más que feliz con el resultado. Sentí la adrenalina a más no poder, sentí que el corazón se me iba a salir del pecho, pero traté de controlarme lo más que pude y ahí está el resultado”, dijo Machado, en entrevista con la CONADE.
¿Cuál es la historia de Osiris Machado?
Como la mayoría de historias en el deporte adaptado, la de la mexicana representa un relato de superación y esperanza. La discapacidad de Osiris Machado no fue de nacimiento; es decir, su vida, la que consideraba como normal, cambió de un momento a otro, y a partir de entonces tuvo que encontrar una nueva manera de transitar por el mundo.
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Cuando tenía nueve años, un conductor irresponsable a bordo de un tractor se metió por una zona que no debía y perdió el control. Lamentablemente, en el camino encontró a Osiris Machado, junto a su hermano, su tía y su abuela. El atropellamiento terminó con la vida de su hermano y dejó su pierna, la de Osiris, severamente lastimada.
Fueron muchas semanas las que pasó entre hospitales, con el riesgo de perder su extremidad. La niña de nueve años no alcazaba a comprender lo que había pasado, pero tenía claro que ninguna condición la limitaría.
Pasados los años, Osiris volvió al camino del deporte, ese que desde siempre le había llamado la atención y en el que había destacado por sus condiciones atléticas; siempre fue una niña fuerte y rápida. Probó la jabalina, la disciplina que practicaba su hermana mayor, la bala y el disco, pero fue esta última la que le permitió desarrollarse como paratleta.
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Sus logros hablan de una campeona en toda regla, con medallas doradas en Juegos Parapanamericanos, tanto junior como categoría mayor, así como el subcampeonato en el Mundial de Para Atletismo de Kobe, Japón, hace apenas unos meses.
Nota publicada originalmente en ESTO