Nula efectividad frente al marco contrario e inexistentecompromiso en defensa liquidaron a Lobos el sábado contra La Fieradel León.
Los universitarios volvían a casa con el espíritu de continuarla racha y así celebrar su primera victoria en el cubil desde elpasado cinco de agosto; en cambio, pecaron de confianzadesperdiciando una oportunidad dorada para seguir dentro del grupode los ocho primeros del torneo al caer 3-0.
Con esto, León, se afianzó dentro de la zona de liguilla yademás hilvanó su cuarto éxito.
UN MURO DE PAPEL
La estadística demuestra que La Manada superó el sábado aLeón en posesión de balón e intentos al arco; pero fue La Fierala que hizo gala de la pegada.
Los licántropos manejaron el esférico durante el 68 por cientodel tiempo de juego, pateando 24 ocasiones, seis de las mismasentre los tres postes.
Los Panzas Verdes circularon la pelota por sus pies el 38 porciento del tiempo restante y se atrevieron 16 veces, siete buscandola red.
De los siete chutes peligrosos de La Fiera, tres dieron en elblanco para una efectividad del 43.75 por ciento.
Pero, ¿Cómo fue que León le pasó por encima en 45 minutos aLobos?
La respuesta es sencilla: en los tres goles de los Panzas Verdesla zaga universitaria se entregó.
En el 1-0 la línea defensiva conformada por cuatro hombres sequedó a mitad de camino entre jugar al offside cuando ElíasHernández estaba en línea, o ir a presionar al lanzador delservicio.
Cuando intentaron reaccionar César Cercado, Juan Carlos Medina,“Maza” Rodríguez y Luis Advíncula, Hernández disparaba aplacer el servicio filtrado de Luis Montes ante un JorgeVillalpando sin oportunidad.
La jugada demostró la falta de comunicación y reacción de laretaguardia de La Manada, pues mientras Rodríguez pedía parado elfuera de juego, Cercado y Medina hacían tarde por Hernández.
En el 2-0, León tomó mal parado a Lobos para castigarlo avelocidad: Elías Hernández recibió un balón bombeado solo porderecha, luego sin pensárselo dos veces lo sirvió al corazón delárea como seguro de que ahí aparecería Mauro Boselli, quien trasacelerar para dejar atrás a Francisco Rodríguez remataba acomodidad.
El monumento al relajamiento defensivo de La Manada se esculpiódurante el tercer gol cuando cinco futbolistas universitarios,cuatro de campo, se quedaron congelados en el rebote del balón enel transversal al disparo de Andrés Andrade que desvió en primerainstancia Jorge Villalpando.
El rechace luego fue mal medido por Eduardo Tercero, quien enlugar de mirar la trayectoria del esférico se lanzó hacia élperdiéndolo de vista y dejándoselo a placer a Elías Hernándezpara que éste marcara el 3-0 ante una tercia de licántroposdelante de él, incluyendo a Tercero vencido dentro del arco yVillalpando apenas levantándose tras retrasar el gol con suprimera intervención.
Quedó claro, el problema en casa para Lobos es su extremadarelajación defensiva. No es normal comerse tres goles por tercerjuego consecutivo en el cubil.
América, Monarcas y León salieron así airosos de CiudadUniversitaria (CU). Curiosamente en los tres duelos laproductividad ofensiva de La Manada fue a la baja: 3-2, 3-1 y3-0.
BLANQUEADOS
Si en el primer tiempo la línea defensiva de La Manada anduvode capa caída, en el complemento su ataque extravió la mira.
Balones a los postes o volados con el marco a placer y dospenales fallados espalda con espalda escribieron la tercera derrotaen fila para Lobos en el coso de CU.
Por lo que la blanqueada propinada por León el sábado, fue lasegunda para La Manada en el torneo después de quedarse sin verarco durante la derrota 2-0 ante Pumas el pasado 13 de agosto.
EL COLMO
La falla de los dos penales de los Lobos de manera consecutivaen menos de dos minutos es un momento que pasará al anecdotario delos universitarios.
Primero Jonathan Fabbro fue derribado dentro del área porAndrés Mosquera, defensa central de los Panzas Verdes para que elárbitro Jorge Isaac Rojas decretara el penal cuando corría elminuto 85 de tiempo corrido..
El propio Fabbro tomó el balón para ejecutar el penal, ycobró abajo a la izquierda de Yarbrough quien se tendió cuallargo es para desviar el balón que salió hacia derecho del ataqueuniversitario.
Advíncula tomó el balón por el lado derecho, encaró y cuandoentró al área fue derribado por otro defensor leonés.
El mismo peruano tomó el balón, como diciéndole a Fabbro.“Me toca a mí”. Lo golpeó con tal autoridad, que el trallazoreventó el travesaño para consumar la segunda falla en poco másde un minuto.
Un gol que Lobos buscó con desesperación para tratar de armaruna reacción final, pero que nunca llegó.
