Cientos de aficionados se mordieron las uñas, gritaron, sudaronde nerviosismo y se llevaron las manos a la cabeza cada vez quePuebla llegó a la portería de Rayados y no anotó, sin embargo,tras noventa minutos de intensidad absoluta, de arribos y dejugadas de contragolpe y vértigo, los seguidores de La Franja porfin pudieron respirar con tranquilidad porque su equipo, aquel queera un cheque al portador cada que jugaba en casa por fin selevantó y vaya forma de hacerlo porque con dos goles, ambos deLucas Cavallini, derrotó al súper líder Monterrey y de estaforma consiguió su segundo éxito del torneo y primero encasa.
Marcador de 2-0 que le permite a Puebla tomar las cosas con máscalma, pero sin quitar el dedo del renglón en lo que respecta a subatalla por el no descenso, misma de la que todavía no saletriunfador.
CAVALLINI, MATÓN
Lo que le hacía falta al Puebla era un cambio en la banca y esoquedó subrayado en el juego que puso al corriente la jornada 10del torneo Apertura 2017, mismo que se efectuó en elCuauhtémoc.
Durante dos o tres minutos Monterrey dio indicios de quererpegar primero para poner tambaleante al Puebla y así tener untrámite de partido mucho más sencillo.
Pero a veces sucede que el débil sale respondón y eso locomprobó La Franja porque al minuto 5 abrió el marcador porconducto de Lucas Cavallini.
El canadiense no desaprovechó la asistencia de ChristianMarrugo porque con sangre fría y sin precipitarse llegó hasta alos dominios de Hugo González y ahí, en lugar de fusilar, primerose quitó al arquero y después, ya con el marco abierto, definiócon clase.
El súper líder quedó desconcertado.
Y es que ni en el peor escenario se contempló una ventajaprematura del Club Puebla.
El momento de incertidumbre de Rayados casi lo aprovecha otravez Puebla porque al 10 por poco marca el segundo, ahora a travésde Hugo Rodríguez.
Monterrey adelantó líneas y pisó con fuerza el área camoteracon base en los intentos de Avilés Hurtado y Jorge Benítez perolos centros y paredes fueron bloqueados por la zaga integrada porAraujo, Zamora y Rodríguez.
En el lado contrario, Basanta y Montes pasaron mil problemaspara detener a Cavallini y Amione porque mientras el primerorealizó recorridos incisivos por el centro, el segundo ganó losduelos hombre a hombre y por lo general de espaldas al arco.
Monterrey fue dominado pero cuando un equipo tiene tantadinamita es imposible sentirse seguro y Puebla así lo entendió,de tal forma que con Paco Torres intentó frenar al cerebro delmedio campo regiomontano, el charrúa Carlos Sánchez.
En la recta final del primer tiempo Benítez puso en aprietos ala zaga camotera con una serie de recortes, pero todo quedó en unsusto porque la jugada terminó en un rechace que se convirtió entiro de esquina.
Contra todos los pronósticos, Puebla se fue al vestidor con laventaja, que bien pudo ser más amplia de no ser por lasintervenciones del guardameta Hugo González.
SEGUNDO TIEMPO
¿Quién habría imaginado que ese equipo endeble llamado Pueblatendría argumentos para ser ofensivo?
Desde el inicio del torneo hasta antes del partido de ayer, side algo carecía La Franja era de músculo, de fortaleza al frentey de llegadas claras.
Claro que faltó contundencia pero Puebla llegó al arco deRayados y tocó con fuerza como queriendo tirar de una vez portodas la puerta.
En los primeros minutos del segundo tiempo La Franja descargóuna ráfaga de la que Monterrey, incluso ahora mismo, todavía nocomprende cómo fue que no terminó en gol.
Uno, dos, tres, cuatro disparos… ¡Y nada!
Puebla acarició su segunda anotación.
En la parte madura del encuentro Jerónimo Amione se suspendióen el aire y a pesar de que con la testa alcanzó a conectar elservicio de Angulo, el remate salió apenas desviado.
Monterrey se fue con todo al frente porque no tenía contempladoser el primer equipo que cayera en el Cuauhtémoc en estetorneo.
Pero uno no siempre obtiene lo que quiere y Monterrey, por másque deseó evitar la derrota no lo consiguió.
La Franja, en la agonía del partido, encontró el gol de lavictoria gracias a Cavallini, que celebró en grande su doblete ypor supuesto el éxito del equipo camotero.
¡Vaya sorpresa! ¡Puebla le pegó allíder!