Ser novato no es sencillo, pues es picar piedra y empezar de nuevo en “algo” en lo que uno se cree que es bueno. Una situación así vivió Allan Vargas, novato del año de los Halcones de la Universidad Interamericana de la Asociación de Basquetbol Estudiantil (ABE).

Vargas, quien pasó de ser estelar con el equipo de la preparatoria a un elemento que debía de ganar minutos a nivel universitario, no la tuvo fácil; pero al final terminó aportando y demostrando por qué La Inter apostó por él como un refuerzo de cara al futuro; sí, futuro inmediato.

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“Sabía que lo primero era enfocarme en lo académico y tener un avance porque, a final de cuentas, yo estoy en la universidad para estudiar porque el deporte y en este caso el basquetbol me da la oportunidad de hacerlo. Fueron meses en los que apoyé a mi equipo en cada partido, pero debo decir que no fue sencillo poque yo quería aportar al grupo, sin embargo, tenía que esperar mi momento, el cual afortunadamente llegó en febrero y, a partir de ahí, he dado todo por el equipo porque es una familia, un grupo que persigue objetivos claros”, compartió el estudiante-atleta de la Universidad Interamericana.

El aporte de Allan Vargas a La Inter ayudó a ver a los Halcones por tercera vez en postemporada o en las finales de la División I de la ABE.

“Mis compañeros tienen mucha experiencia y gran nivel y eso me hace esforzarme el doble. Somos una gran familia y les agradezco a todos, desde jugadores hasta el coach Ordaz, el darme la oportunidad de mostrarme con un equipo que representa mucho para mí”, agregó el aún novato con gran proyección.

EL APUNTE

Desde la reactivación del baloncesto universitario tras la pandemia, La Inter no ha faltado a las finales del basquetbol colegial mexicano