Hay que ponerse de pie para rendir tributo al personal demantenimiento del parque Hermanos Serdán.
Miren que ayer, desde temprana hora comenzó con la labortitánica de retirar el agua que quedaba en la zona de los jardinesdel estadio; con esponjas apretaron una y otra vez el terreno parasecarlo lo mejor posible y dejarlo en condiciones para que sejugara el partido, que comenzó apenas una hora más tarde de loprogramado.
Faltando hora y media para el inicio del partido, el pronósticoera reservado.
Ya había llovido ligeramente durante una hora, y el temor eraque volviera a llover sin permitir la continuación de lafiesta.
A la una de la tarde se anunció que el partido comenzaría alas dos de la tarde si no llovía, y exactamente a las 14:00 horasse cantó la voz del playball.
Durante el juego la llovizna apareció con ligereza en el cuartoepisodio. Cesó, pero regresó de igual manera allá por laséptima.
Otra vez se apagó, pero en la novena se volvió a aparecer.
Cuando Deunte Heath retiró a Humberto Sosa con elevado alizquierdo para poner punto final al juego, y vino el festejo de losPericos la lluvia fue apretando, y ya en plena rueda de prensa sedejó venir con mayor intensidad.
Desde ahí en adelante no cesó, al grado que el pobre SandroFranco que se mueve en motocicleta por todos los rincones dePuebla, sufrió para llegar a la redacción.
A las nueve de la noche la lluvia seguía tupida y lospronósticos anunciaban que hoy podría haber lluvia a la mismahora, lo que estaría poniendo en riesgo el quinto juego de lafinal.
Pero de verdad un excelente trabajo, y un drenaje admirable eldel Hermanos Serdán.
Ayer Tim Johnson demostró que es un viejo zorro paradirigir.
Ante el grito de “ya sácalo” de los managers de tribuna,Johnson aguantó con firmeza y dejó a su pitcher estelar, que loque parecía su derrumbe se convirtió en un daño de cuatrocarreras, del cual lo rescataron de inmediato sus compañeros.
Roenicke tomó nuevos aires. Retiró a cuatro en orden y aunqueexplotó en la sexta llegó a los terrenos que necesitaba TimJohnson para meter a lo mejor de su bullpen.
Tim se la jugó y le salió, y la verdad no había de otra yaque el relevo largo de los Pericos no ha sido la mejor arma en estacampaña.
La decisión de colocar a Roenicke en el lugar de Meza tiene susrazones.
El estadunidense estaba programado para lanzar el martes pasaralo que pasara, ya que tenía permiso especial para viajar aCalifornia inmediatamente después del partido, donde para estedía se espera el nacimiento de su hijo.
Por lo que toca a “Chico” Rodríguez, a sabiendas de quetenía listo a Russell para hoy, ayer un dudó para traer tempranoa Negrín, su pitcher estelar, que no pudo cumplir con laencomienda.
Siento que se precipitó al sacar muy temprano a JonathanCastellanos, quien sobre la loma del Serdán había brindadoépicas actuaciones y el año pasado ganó el cuarto juego de lafinal del Sur que alargó la vida de los Leones.
Ahora sí, hoy no habrá mañana y tendrá que echar toda lacarne al asador para alargar su existencia en esta finalísima delSur.
Mientras Pericos, tal como coincidieron Chávez, Arredondo yGaranzuay, van a salir a finiquitar la obra en el HermanosSerdán.