El reencuentro entre Nicolás Larcamón y Puebla siguió el script esperado: mucho respeto y camaradería entre futbolistas de La Franja y su extécnico antes del partido; pero una vez puesto en marcha el mismo el técnico se le lanzó a la yugular sin miramientos al blanquiazul.

Al final, luego de dominar a su ex desde la pizarra y con la calidad en la cancha coronada con un solitario tanto de Lucas Di Yorio y otro a base de riñones de Paul Bellón de cabeza, el estratega argentino mantuvo su marca intacta en duelos contra equipos que antes dirigió. Aunque, a decir verdad, el triunfo de 2-0 pudo ser más holgado de no ser por Antony Silva.

León abría oficialmente la temporada de cacería y lo buscaba con Lucas Di Yorio, Yairo Moreno y hasta el poblano, ahora futbolista esmeralda, Iván Moreno.

Di Yorio, en la primera que tuvo, remató de primera un centro pasado; aunque no le alcanzó a meter todo el pie y el disparo salió apenas por fuera de la meta custodiada por Antony Silva. Luego Silva le ahogó el grito de gol en un mano a mano.

Yairo Moreno, por su parte, lo intentó percutiendo por izquierda. Pero acabó sacándole lustre al transversal y el 1-0 debía de esperar.

Más tarde, Iván Moreno en un contrarremate se topó también con Antony. Sí, si el guaraní figuraba en mucho se debía porque León gobernaba en el desarrollo del partido.

Pero a pesar de jugar con fuego, pues por diseño La Franja optó por esperar en el Nou Camp, el blanquiazul no se quemó… al menos no durante el primer tiempo.

El cuadro camotero desbloqueó así el primer reto en el afán de sumar un valioso punto como visitante, el cual de consumar le servía para llenar el saco de la confianza para el resto de la competencia, a prueba desde el próximo viernes en el Cuauhtémoc ante una Máquina Celeste de la Cruz Azul hoy descompuesta y en búsqueda de operador.

Mejor negocio, punto en una plaza complicada como León y próximo rival a modo, imposible para Puebla.

Aunque aún quedaban 45 minutos por delante como para cantar victoria o hacerse castillos en el aire y justo ahí Víctor Dávila de cabeza sacó del sueño al blanquiazul; pero Antony Silva por enésima vez en el compromiso mantenía de pie a los suyos desviando a tiro de esquina.

El rey de la selva estaba enjaulado y en su propia casa hasta una transición con Lucas Di Yorio como protagonista. El argentino coronó la contra disparando raso, cruzado y de zurda nada más al ingresar al área del Puebla… todo esto cuando Eduardo Arce había hecho movimientos como para guardar el cero, ¿inoportuno el gol o los cambios…?

León rugía en el Nou Camp y sentenciaba el partido con un testarazo de Paul Bellón, donde dio la impresión Silva se equivocó saliendo o mejor dicho lo hizo Memo Martínez, pues por reclamar al juez central vio la doble amarilla y eso generó la distracción necesaria en el aparato defensivo como para ser por segunda vez castigado en el compromiso.

Sea como sea , Léon fue mucha pieza y con la victoria quedó más claro por qué Larcamón se fue al Bajío. Puebla… Puebla sigue extraviado por la carretera, donde se achica, no juega, se conforma con nada; ahora otra vez deberá de depender de qué haga en casa para mantenerse cerca de los puestos de repesca.