A un año de la extinción de Lobos dentro de la Liga MX, aún no hay claridad sobre si la venta de la franquicia a Juárez se apegó a derecho o si la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) sí acabará por recibir más de 200 millones de pesos por todo este lío legal, que para unos está cerca de terminar y otros creen se alargará.
En la BUAP, o su apoderado legal Igor Trujillo, el fallo de hace tres semanas del Tercer Juzgado de lo Civil del estado debe de llevar a Mario Mendívil y a la misma Federación Mexicana de Futbol (FMF) a responder por sus actos.
Mendívil, de acuerdo a lo dictaminado por los tribunales en días pasados y según la propia BUAP, carecía de poder de decisión respecto a Lobos porque aún le adeudaba a la universidad el costo total del club. Es decir, el empresario, además de cubrir 120 millones de pesos (mdp) en abril del 2018 para evitar la vuelta de La Manada a la Liga de Ascenso, debía de desembolsar a la universidad 180 para gozar de poder absoluto.
Este monto, se debía de cubrir en un plazo de tres años.
Todo esto, según ha avanzado la novela, se estableció en acuerdo pactado en abril del 2018.
Mientras tanto, el empresario y su gente debían de comenzar a trazar la ruta a seguir por La Manada rumbo al Torneo Apertura 2018. Eso incluía el hacer las contrataciones y cubrir los pagos de la nómina de la plantilla.
Aquí es cuando comienzan las inconsistencias y los líos entre Mendívil y la BUAP, hasta desembocar en una demanda a finales de 2018 por parte de Mario al rector Alfonso Esparza Ortiz con el objetivo de hacerse del equipo u operarlo sin presencia o anuencia de gente de la universidad.
Para Mendívil resultaba ilógico cómo tras pagar 120 millones y mantener a Lobos en Primera debía de consultar decisiones sobre jugadores o entrenadores y corría con todos los gastos como el de la nómina de la plantilla.
¿Recuerda usted cuando a finales de 2018 trascendió una serie de adeudos en Lobos a los jugadores…? Pues todo eso se derivó por la falta de comunión entre el empresario y la universidad.
Mendívil y su gente no veían con buenos ojos por qué debían de pagar sin gozar del control total del equipo. La universidad respondía por entonces, “por eso les prestamos el estadio, las instalaciones, oficinas y marca”.
Pero a pesar de contar con el aparente respaldo legal del famoso acuerdo de abril, el rector acabó por entregar el equipo en diciembre del 2018 y según se dice aceptó un nuevo convenio donde a cambio de 90 millones de pesos, siempre y cuando vendiera Mendívil al equipo, liberaba de obligaciones a éste con la BUAP.
Por lo tanto, el trato de abril perdía validez.
LO QUE SE DIJO
En junio del 2019, el propio rector en el programa radiofónico En Línea Deportiva del comentarista Pepe Hanan reconocía el equipo lo había perdido la universidad tras el pago de los 120 millones de pesos por parte del grupo a cargo de Mendívil para mantenerse en Primera División y ahí mismo daba por terminado el asunto si la universidad recibía 90 millones, inclusive Esparza Ortiz adelanta en qué iba a invertir dicho monto en favor de los universitarios.
“Cuando ellos pagan (Mario Mendívil y su gente) los 120 millones de pesos para mantener a Lobos en Primera perdimos al equipo, pero rescatamos que la universidad recibiera una compensación de 90 millones de pesos si se iba de Puebla o del estadio Universitario. Si llegan los 90, ya tenemos lista la propuesta sobre dónde invertirlos”, dijo por entonces Esparza.
Entonces el máximo dirigente de la universidad se daba por satisfecho con la compensación de los 90 mdp. Pero eso jamás sucedió, y hoy, a menos de mes de su último informe de actividades como máximo responsable de la Benemérita, el lío Lobos continúa en los tribunales, donde los 90 millones siguen depositados, la BUAP exige 180 millones más, y en donde posiblemente la contraparte presente en lo próximo una apelación al fallo de días pasados.
Tal vez por dicha razón el proyecto de resurrección de Lobos dentro de la Liga de Balompié Mexicano (LBM) no prosperó. Es decir, no se cristalizó por carecer de un acuerdo, ya sea en lo económico o en la forma de operar al equipo y no solamente por el incumplimiento de papeleo por parte de un empresario.
A un año de la extinción de Lobos aún se desconoce a quién le acompaña la razón en un negocio donde todos ven o hacen por sus intereses.