Medio torneo quedó atrás y los Lobos de la BUAP firman un certamen mediocre: penúltimos en liga y en la tabla del descenso.
Los universitarios empeoran los registros del curso pasado en cuanto a goles recibidos, anotados y puntos sumados.
Y tampoco es que en el Apertura 2017 rubricaran un torneo de ensueño, pues después de ocho fechas sumaban ocho unidades de 24 posibles, rescatando el 33.33 por ciento de las unidades en juego.
Hoy suman tres puntos menos para cosechar el 20.83 por ciento y con un plantel en teoría más redondo en relación al del Apertura.
En cuestión de los goles encajados, La Manada suma dos más de los permitidos durante el último semestre: 18 por 16.
La casi veintena de dianas toleradas hacen del conjunto de Rafael Puente del Río la peor defensiva de la justa por segundo campeonato consecutivo, “honor” que al menos hoy comparten con el León.
Aunque otra de las claves para entender el pobrísimo torneo universitario radica en la pérdida de pegada.
El fuerte de La Manada, anotar, se ha venido abajo con nueve goles en ocho partidos para un promedio de 1.12 por juego.
Los licántropos anotan seis goles menos en el Clausura tras comandar durante la primera mitad del Apertura a las ofensivas de toda la Liga MX.
Tal vez parte de la falta de pegada universitaria se deba a la “baja” goleadora de Julián Quiñones, quien hace un semestre a la misma altura del torneo firmaba seis anotaciones; hoy registra cuatro.
Aunque los números del cafetalero son bastante respetables.
El problema entonces radica en la poca contribución de los compañeros.
Si La Manada presumía 15 goles en el Apertura se dio en gran medida a los nueve marcados por otros.
En el presente, Quiñones representa el 44.44 por ciento de la producción universitaria.
Si más adelante en la competencia llegasen a perder al cafetalero por lesión o sanción, su baja se convertiría en un gran dilema para La Manada.
El ataque licántropo con sus nueve anotaciones se erige como la ofensiva 13 de 18 en la Liga MX.
¿LOS EXTRANJEROS MARCAN LA DIFERENCIA?
En cuanto a las presentaciones individuales y el caso específico de los extranjeros, futbolistas llamados a marcar la diferencia, Arley Rodríguez parece dejó de contar para Rafael Puente desde hace par de jornadas.
Se desconoce si el colombiano sufre de una lesión o simplemente su ausencia de las convocatorias pasa por decisión técnica, pues no existe reporte sobre él.
Jordan Sierra, la joya por la cual mataba Pep Guardiola, ha ganado paso en las convocatorias universitarias; pero sigue sin desplegar el futbol por el cual llamó la atención del Manchester City y llevó a Tigres a atreverse a comprar su carta.
El ecuatoriano Gabriel Cortez ha completado los ocho juegos de Lobos en el torneo liguero; pero desde hace algunos partidos no pasa mucho con él y en su posición se necesita a un hombre de generación como de llegada.
El peruano Írven Ávila hasta el momento cumple en su segunda experiencia fuera del futbol inca. A Ávila solo le ha faltado el gol, el cual solo vio dentro de la Copa, pero de los refuerzos es quien mejor hasta ahora lo realizó y amenaza con crear una buena sociedad con Julián Quiñones.
Del resto de los foráneos como Lucero Álvarez, Luis Advíncula, Pedro Aquino y Julián Quiñones, sólo éste último mantiene el nivel del último torneo.