/ miércoles 30 de septiembre de 2020

Los ampayers, otro gremio castigado por la pandemia que espera el regreso

Pedro Silva es pensionado y ayuda a su esposa a vender panqués, mientras Alejandro Rojas recibe el apoyo de sus hijos. Cada uno ha dejado de ingresar 5 mil pesos al mes por su trabajo en ligas de beisbol poblanas

Pedro Silva y Alejandro Rojas son dos umpires poblanos que, como cientos de compañeros, han padecido por la falta de los ingresos extras que le representaba impartir justicia, por los menos, en cinco juegos por semana, entre sábado y domingo, en dos diferentes ligas de beisbol.

“El paro de seis meses por la pandemia nos ha pegado duro, porque este dinerito extra nos ayuda mucho”, coinciden los dos hombres de azul que presentas sus servicios en las ligas Zaragoza (sábado) y Volkswagen (domingo).

Pedro Silva, de 69 años, tiene una ligera ventaja sobre Alejandro. Es pensionado, pero los poco menos de cinco mil pesos que recibe por su pensión no le alcanzan para cubrir los gastos de la casa. Alejandro, en cambio, a sus 57 años, se retiró de la mecánica que ejerció durante 40 años “porque gracias a Dios mis hijos me apoyan mucho y ellos me ayudan para salir adelante”.

GRAN AYUDA

Pedro destaca que jugó beisbol durante muchos años, pero por una lesión en tibia y peroné ya no quedó bien y se retiró, para dedicarse al ampayeo. De eso hace ya entre 15 y 20 años.

Pero, que vive en la Rivera Anaya, antes de la contingencia sanitaria, trabajaba tres juegos los sábados en la Liga Infantil Ignacio Zaragoza, y dos el domingo en la dominical Volkswagen.

“Es una entrada de 1,100 pesos a la semana, que los ocupaba para pagar agua, luz y algunos gastos de la casa, pero ya vez todo se vino abajo y aquí estamos a la espera de volver a trabajar”.

Reconoce que ha padecido, pero tiene el gran apoyo de su señora y desde siempre se han ayudado vendiendo los panqués y los buñuelos que ella cocina.

“Yo ayudo en todo, a vender y hasta en la cocina, con una que otra quemadita, pero si nos ayuda para cumplir con algunos gastos”, agrega Pedro, que dice vender cada panqué a un costo de 100 pesos.

Pedro, que junto con Alejandro trabajó en el duelo de preparación que sostuvo Pericos contra La Marina antes de que todo se detuviera, espera que pronto regrese la actividad.

“Por lo menos en la Volkswagen ya hubo una junta para volver, pero no todos se animan, porque muchos equipos prefieren esperar tiempos mejores; y en la Zaragoza será muy difícil porque son muchos niños, y hay que prevenir”.

Foto: J.L. Hermida Uscanga | El Sol de Puebla

MÁS TRANQUILO

Alejandro Juárez, al contrario de Pedro, solo tenía la entrada que le daba el ampayeo al que se dedica desde hace 10 años, después de haber jugado beisbol, ser manager y hasta patrocinar al equipo Deportivo Rojas, junto con sus hermanos.

Confiesa que se dedicó al ampayeo por azares de la vida. “Una nieta se enfermó, había que aportar entre toda la familia y encontré en este trabajo la entrada que necesitaba para apoyar. Gracias a Dios mi nieta salió adelante y nosotros seguimos en el deporte que nos apasiona.

“La verdad sí me mantengo del ampayeo y me ha afectado mental, económica y físicamente, porque no hay actividad. Me entraban 5 mil pesos al mes, calculando entre 1,200 y 1,300 pesos a la semana por brindar mis servicios en la Zaragoza y la Volkswagen. En resumen, ya son casi 30 mil pesos, además de los nacionales que se suspendieron.

“Yo no soy pensionado, ni alcanzo la edad. Toda mi vida fui mecánico, tenía mi taller en la zona de El Alto, donde viví 40 años, pero mis hijos se aferraron a que ya no trabajara y gracias a Dios me salieron buenos y me apoyan. Tengo mi “jacalito” en Chapultepec y no pagar renta ya es una ventaja”, añade Alejandro que es padre de ovho hijos, dos varones y seis mujeres.

“Ellos (mis hijos) ya llenan el refri. Cuatro de ellos ya son casados, y tengo tres solteros que trabajan en Puebla y uno más en Nueva York, que la pasó duro. Se enfermó, superó el Covid, estuvo sin trabajo, pero todo volvió ya a la normalidad y desde allá nos apoya”.

Agrega que sí han padecido, pero Dios les ha ayudado tanto “que nos dimos tiempo para también apoyar con comida a la gente humilde de la zona donde vivo”.

Comenta que hace poco más de un mes estuvo ampayando en una liga de prospectos en Santa Clara Ocoyucan, pero no salían los gastos y prefiere esperar para seguir prestando sus servicios en las ligas de siempre.

"Nos afectó a mucha gente. incluyendo a los anotadores, que son parte esencial en el beisbol. La pandemia ha pegado fuerte en los bolsillos, pero con el favor de Dios, saldremos adelante. Tiempo al tiempo”, coincidieron los dos jueces, que están listos para el regreso.

Pedro Silva y Alejandro Rojas son dos umpires poblanos que, como cientos de compañeros, han padecido por la falta de los ingresos extras que le representaba impartir justicia, por los menos, en cinco juegos por semana, entre sábado y domingo, en dos diferentes ligas de beisbol.

“El paro de seis meses por la pandemia nos ha pegado duro, porque este dinerito extra nos ayuda mucho”, coinciden los dos hombres de azul que presentas sus servicios en las ligas Zaragoza (sábado) y Volkswagen (domingo).

Pedro Silva, de 69 años, tiene una ligera ventaja sobre Alejandro. Es pensionado, pero los poco menos de cinco mil pesos que recibe por su pensión no le alcanzan para cubrir los gastos de la casa. Alejandro, en cambio, a sus 57 años, se retiró de la mecánica que ejerció durante 40 años “porque gracias a Dios mis hijos me apoyan mucho y ellos me ayudan para salir adelante”.

GRAN AYUDA

Pedro destaca que jugó beisbol durante muchos años, pero por una lesión en tibia y peroné ya no quedó bien y se retiró, para dedicarse al ampayeo. De eso hace ya entre 15 y 20 años.

Pero, que vive en la Rivera Anaya, antes de la contingencia sanitaria, trabajaba tres juegos los sábados en la Liga Infantil Ignacio Zaragoza, y dos el domingo en la dominical Volkswagen.

“Es una entrada de 1,100 pesos a la semana, que los ocupaba para pagar agua, luz y algunos gastos de la casa, pero ya vez todo se vino abajo y aquí estamos a la espera de volver a trabajar”.

Reconoce que ha padecido, pero tiene el gran apoyo de su señora y desde siempre se han ayudado vendiendo los panqués y los buñuelos que ella cocina.

“Yo ayudo en todo, a vender y hasta en la cocina, con una que otra quemadita, pero si nos ayuda para cumplir con algunos gastos”, agrega Pedro, que dice vender cada panqué a un costo de 100 pesos.

Pedro, que junto con Alejandro trabajó en el duelo de preparación que sostuvo Pericos contra La Marina antes de que todo se detuviera, espera que pronto regrese la actividad.

“Por lo menos en la Volkswagen ya hubo una junta para volver, pero no todos se animan, porque muchos equipos prefieren esperar tiempos mejores; y en la Zaragoza será muy difícil porque son muchos niños, y hay que prevenir”.

Foto: J.L. Hermida Uscanga | El Sol de Puebla

MÁS TRANQUILO

Alejandro Juárez, al contrario de Pedro, solo tenía la entrada que le daba el ampayeo al que se dedica desde hace 10 años, después de haber jugado beisbol, ser manager y hasta patrocinar al equipo Deportivo Rojas, junto con sus hermanos.

Confiesa que se dedicó al ampayeo por azares de la vida. “Una nieta se enfermó, había que aportar entre toda la familia y encontré en este trabajo la entrada que necesitaba para apoyar. Gracias a Dios mi nieta salió adelante y nosotros seguimos en el deporte que nos apasiona.

“La verdad sí me mantengo del ampayeo y me ha afectado mental, económica y físicamente, porque no hay actividad. Me entraban 5 mil pesos al mes, calculando entre 1,200 y 1,300 pesos a la semana por brindar mis servicios en la Zaragoza y la Volkswagen. En resumen, ya son casi 30 mil pesos, además de los nacionales que se suspendieron.

“Yo no soy pensionado, ni alcanzo la edad. Toda mi vida fui mecánico, tenía mi taller en la zona de El Alto, donde viví 40 años, pero mis hijos se aferraron a que ya no trabajara y gracias a Dios me salieron buenos y me apoyan. Tengo mi “jacalito” en Chapultepec y no pagar renta ya es una ventaja”, añade Alejandro que es padre de ovho hijos, dos varones y seis mujeres.

“Ellos (mis hijos) ya llenan el refri. Cuatro de ellos ya son casados, y tengo tres solteros que trabajan en Puebla y uno más en Nueva York, que la pasó duro. Se enfermó, superó el Covid, estuvo sin trabajo, pero todo volvió ya a la normalidad y desde allá nos apoya”.

Agrega que sí han padecido, pero Dios les ha ayudado tanto “que nos dimos tiempo para también apoyar con comida a la gente humilde de la zona donde vivo”.

Comenta que hace poco más de un mes estuvo ampayando en una liga de prospectos en Santa Clara Ocoyucan, pero no salían los gastos y prefiere esperar para seguir prestando sus servicios en las ligas de siempre.

"Nos afectó a mucha gente. incluyendo a los anotadores, que son parte esencial en el beisbol. La pandemia ha pegado fuerte en los bolsillos, pero con el favor de Dios, saldremos adelante. Tiempo al tiempo”, coincidieron los dos jueces, que están listos para el regreso.

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