Se fue la mitad del Torneo Apertura 2019 y aunque el Puebla es de los equipos que ya descansó y tiene un partido menos, su actuación comparada al campeonato anterior está quedando a deber.
El torneo de principios del año y el actual tiene una similitud: el cambio de técnico en las primeras jornadas.
Pero mientras “Chelís” entró con el pie derecho y tenía al equipo peleando entre los ocho mejores con 13 unidades al término de nueve jornadas, Juan Reynoso apenas ha logrado situar al cuadro poblano en el sitio 17 con seis puntos.
También hay que destacar que lo que heredado uno y otro no fue lo mismo.
"Chelís" tomó el mando del equipo después de cinco jornadas con apenas cinco puntos, producto de dos empates y una victoria.
Para la sexta jornada, el equipo lo dirigió Octavio Becerril, pero con el nuevo técnico en las tribunas, el Puebla sacó tres puntos de oro ante Atlas.
Después se agregaron empates consecutivos contra Pachuca (1-1 en casa) y Monterrey (0-0 en gira) y un triunfo de 1-0 sobre Querétaro para conservar el invicto con ocho puntos –contando los del Atlas-en cuatro partidos.
Una gran reacción que hizo soñar a los poblanos con liguilla.
Al final los 24 puntos con que terminó el Puebla, no alcanzaron.
MUY LEJOS
Con una jornada más en el actual torneo, por los 19 equipos que integran la liga, el Puebla se encuentra lejos de lo que consiguió el equipo en el Torneo Clausura 2019.
Un triunfo, tres empates y cuatro derrotas en tres partidos, condenan al Puebla en siete 17 del torneo con apenas seis puntos, a siete unidsades del octavo lugar que comparten Morelia y Pumas, que significa zona de calificación.
Esas tres derrotas en los cinco encuentros que ha sostenido en el estadio Cuauhtémoc son el claro reflejo de que en casa el Puebla no ha encontrado ese balance entre ataque y defensa, y el ímpetu por irse al frente lo han aprovechado los rivales para poner en evidencia la zona baja que ha comido tres goles de Xolos; cuatro de Pachuca y tres de San Luis.
El único triunfo lo lograron ante Ciudad Juárez (2-1) y con muchos apuros y un empate ante Chivas, donde merecían más.
Pero está claro que el futbol no es de merecer, sino de logros reales.
Reynoso tomó al equipo con un solo punto después de cuatro jornadas, porque lo que había conseguido Chelís un torneo atrás se derrumbó de la noche a la mañana.
El peruano comenzó bien. Logró cinco puntos en tres partidos, y cuando los resultados eran síntomas de mejoría, apareció el desastre contra San Luis, un rival incómodo, que fue letal en el Cuauhtémoc y volvió a desnudar las carencias defensivas del Puebla.
A falta de nueve encuentros, en el Puebla siguen soñando y pensando en que sí se puede, pero ahora mismo vienen dos salidas súper peligrosas a tierras norteñas: el sábado ante Monterrey en el estadio Rayados y el martes dentro de la fecha doble frente a Tigres en “El Volcán”.
Una prueba de fuego que será su parteaguas: si salen bien librados, las esperanzas revivirán; de lo contrario, será muy difícil levantarse para alcanzar el sueño de liguilla.