Centrada, cuidosa en cada palabra, sin culpar a nadie y convencida de que “nunca hay que volver al pasado para tener un nuevo comienzo… y que en la vida, los obstáculos son el impulso para llegar al siguiente nivel y alcanzar los objetivos soñados”, la para atleta poblana Diana Laura Coraza Castañeda reconoció en entrevista con El Sol de Puebla que, a pesar de no lograr medalla por segundo ciclo consecutivo, llegar a semifinales y terminar séptima en los 400 metros planos categoría T11 en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, fue una experiencia increíble.
“Hay medallas que no son físicas, que no se entregan en el podio, pero que se quedan para toda la vida y a veces las tienes que ganar fuera de él”, dijo la atleta con debilidad visual de 25 años que a lo largo de su vida ha sorteado obstáculos para alcanzar sus metas dentro del deporte, entre ellos Juegos Para panamericanos, dos Juegos Paralímpicos, y el más grande de todos, un título mundial en los 800 metros planos.
“Han sido días difíciles, y quiero ser cuidadosa con lo que está pasando, no quiero afectar a nadie, aquí no hay ningún culpable, simplemente así es el deporte”, agrega Coraza quien prefirió responder vía mensajes las preguntas de El Sol de Puebla.
“El deporte ha sido mi vida desde niña y desde que empecé en el alto rendimiento te puedo decir que una de esas lecciones valiosas en mi vida, han sido estos juegos de Tokio.
“Una prueba que me ha ayudado a conocerme a mi misma, más de lo que he sido capaz de hacer y que sin duda me han ayudado muchísimo para lo que viene en el futuro”, destaca la atleta nacida en el Estado de Tlaxcala, pero que un día decidió llevar la estafeta de Puebla en todas sus presentaciones.
“Han sido muy pocos días para analizar, pero sé que de aquí en adelante no seré la misma atleta, ni la misma corredora, porque todo lo que sucede te ayuda a crecer”, resalta Diana quien tras su participación en Río 2016, donde tampoco pudo conseguir presea, se levantó para ganar el oro en el Mundial de Londres en los 800 metros planos al año siguiente.
“Sé que un séptimo lugar en 400 metros no es el resultado que esperaban, pero en el deporte hay quienes ganan y pierden, y no necesariamente se debe tomar como un fracaso. El siete se ve lejos del uno, pero en este nivel es un lugar privilegiado.
“Para mí no ha sido una derrota ni un fracaso, al contrario, estoy agradecida con Dios, con la gente que me ayudó para calificar a estos segundos juegos, que me apoyó en el proceso, y que ha estado conmigo en estos momentos más difíciles; mis fisioterapeutas que me atendieron las 24 horas, y toda esa gente buena que solo te transmite buenas vibras”.
La paratleta que participó en 400 metros y más tarde en los 1,500 metros (8º.) examina que “el resultado está lejos de lo que se pronosticaba, pero llegar a semifinales fue un resultado increíble. Ya tendré tiempo para replantear y alcanzar mi pronóstico, ya que en el deporte todo es pasajero y siempre hay una nueva oportunidad para corregir”, señala Diana, quien ya se encuentra en su casa donde recibe los apapachos de su familia, y toma fuerzas para retomar su carrera.
“Sigue hacer una evaluación a conciencia, cambiar lo que no nos ayuda tanto, platicar con el equipo que está conmigo, saber que es necesario hacer y dejar de hacer, y darle para adelante”, destaca.
“No puedes volver al pasado para tener un nuevo comienzo, pero si puedes trabajar para mejorar y tener un mejor final”, dice apoyándose en una frase que leyó y en la que se ha inspirado para superar los obstáculos que ha encontrado en su vida.
LO QUE VIENE
Diana señala que los planes ahora son tomar un descanso. “Me siento cansada, saturada y necesito tiempo para tomar decisiones, porque se viene un ciclo corto con el Mundial el año que viene, los Parapanamericanos dentro de dos, iniciar el proceso para llegar a París con el objetivo de estar en la final olímpica, pero necesito tener un mejor estado de ánimo”.
Acepta que Tokio la ayudó a darse cuenta que todo es posible. “Algo que me ha enseñado la vida es que los obstáculos son ese impulso para llegar al siguiente nivel y alcanzar ese objetivo que tanto he soñado.
“El deporte es de intentarlo, ser constante, ser paciente y también reconocer las fallas, saber actuar y ser responsable. Mi legado es nunca darse por vencido, hay pruebas difíciles, pero hay que trabajar para alcanzar esas metas. Seguir intentándolo sin importar el tiempo que te tome y las veces que debes hacerlo”, agregó.
“Los sueños sí se pueden hacer realidad y seguiremos en lo nuestro para lograrlos”, resaltó.
Coraza Castañeda se dijo agradecida con su familia por el recibimiento, cariño y apapachos para hacer frente a todo. “Ellos son los primeros que aplauden, entienden el sacrificio y están siempre conmigo.
“Gracias a mis fisios, Jorge mi guía, y todos los guías que han estado conmigo y me han hecho mejorar como atleta y persona; a quienes me apoyaron en redes sociales, ante todo, a todo Puebla y todo México por tanto cariño, y sobre todo a Dios, por permitirme vivir y hacer realidad mis sueños”.
FRASE
Mi legado es nunca darse por vencido, hay pruebas difíciles, hay que trabajar para alcanzarlas
28 Años de edad tendrá Diana en el próximo ciclo olímpico en París 2024