La leyenda de los Rivera continúa dentro del mundo del boxeo, pues Saúl Rivera, hijo del fajador Alfonso Rivera, décimo clasificado del mundo en su momento dentro del peso mosca, se presenta este viernes en la función “Choque de Titanes” del Poliforum Nueva Escocia.
A los 20 años el poblano hará su debut como profesional dentro del peso súper mosca después de 23 combates a nivel aficionado, donde triunfó en todos y logró 22 éxitos por la vía del nocaut.
El destino o la pandemia llevan Saúl a prestarse en casa y no en los Estados Unidos, donde se preveía él hiciera su debut el año pasado.
Si bien su familia lo apoya, su padre Alfonso no quería a Saúl dentro de los puños, pues entiende bien de los sacrificios y los riesgos de la profesión. Pero ante los deseos del menor nada, más cuando cuenta con el talento para pensar en grande dentro del mundo del boxeo.
Aunque, a decir verdad, la familia o don Alfonso han aceptado el anhelo de Saúl a cambio terminar los estudios de arquitectura, de los cuales está en el séptimo semestre en la Benemérita Universidad Autónoma del Estado (BUAP).
“El presentarme aquí en Puebla con el apoyo de mis amigos o familia simplemente es inspirador. Ya desde hace un tiempo sentía que estaba listo para debutar como profesional, pues a mi parecer los resultados se dieron a nivel amateur y hoy mi mente está en el terreno profesional, ya que el objetivo es llegar a ser campeón del mundo”, puntualiza con una mirada típica de los boxeadores deseosos de hacerse de un nombre, de aquellos que presumen hambre… de éxito.
“Mi papá fue boxeador, peleó con varios campeones como el ‘Finito’ López o ‘La Cobrita’ Soto y para mí eso me inspira a seguir sus pasos; él siempre me ha dicho que me apoyará siempre y cuando no deje los estudios. Por esa parte estoy cumpliendo y en este deporte tengo claro que hay mucho sacrificio, pero cuando hay disciplina y constancia las cosas se pueden llevar de manera más fácil”, agrega.
DEPORTE Y ESTUDIOS: COMBINACIÓN GANADORA
A horas de debutar como profesional y también de terminar la carrera de arquitectura Saúl ha encontrado similitudes entre ambos mundos, donde la renuncia a los placeres por mínimos que éstos sean y el sobreponerse a los fracasos son el pan de todos los días.
“La arquitectura es una carrera muy matada, es una carrera de desvelos, de trabajo y sacrificio. Pero el boxeo es igual porque hay que levantarse a correr, cuidar la dieta y saber esquivar los golpes; sin embargo, nada es imposible porque el deporte no está peleado con los estudios o viceversa”, explica.
“Al final es importante tener una carrera porque en el deporte no hay nada seguro, pues hay lesiones y pueden ocurrir muchas cosas. Además, un día termina tu ciclo; la carrera, en cambio, te dura para toda la vida”, añade.
Saúl salta a la norma del boxeador promedio, inclusive esta situación sorprende a sus propios maestros y compañeros de facultad.
“Para ellos no es común conocer a boxeadores, han conocido que al futbolista o al atleta, pero a boxeadores no. Pero afortunadamente he encontrado el apoyo de los directores y maestros, que me animan o simplemente me han dado facilidad para enviarles trabajos y seguir cumpliendo”, señala.
Sobre el rival del viernes, un yucateco a quien sólo ha visto a través de videos de sus entrenamientos, espera a un tipo capaz de ir para el frente, pero con la pegada suficiente para causar daño. Aunque él está listo para fajarse ante cualquier estilo.
“Es un rival del sureste con récord de cuatro triunfos como profesional, sé que es un peleador pequeño y con gran pegada. Pero para eso nos hemos preparado”, remata.
ALFONSO RIVERA EXBOXEADOR Y PADRE DE SAÚL
“Él va a diseñar un gran plano en su carrera boxística y él va a ser un ejemplo para los jóvenes que combina deporte y estudios”