Nacido en Hermosillo, Sonora en 1993, pero radicando en Puebla hace 18 años, Gabriel Amavizca Ortiz después de practicar diversas disciplinas deportivas en la niñez y parte de su juventud, se dijo convencido que desde el primer momento que tuvo en sus manos un ovoide, sabía que el Fútbol americano era el deporte de su elección.

El Sol de Puebla entrevistó a Gabriel Amavizca quien estuvo en Puebla durante una semana aprovechando el BYE de su equipo y actualmente ya está de regreso en Canadá para jugar con los Tiger Cats la semana 6 de la CFL y nos contó de su historia en el Futbol americano el cual fue una sucesión de hechos afortunados.

“Tengo 11 años practicando el Fútbol americano, siempre fui de deportes, béisbol, tenis, soccer y llegamos a Puebla por el trabajo de mi papá y unos amigos de Sonora que también viven aquí jugaban americano y me invitaron a probarlo, comencé a entrenarlo, sobre todo en lo físico, en principio mi mamá no estaba de acuerdo, mi papá dejó que lo probara, creyeron que al momento de recibir el primer golpe lo dejaría, fue al revés, me encantó”.

¿POR QUÉ EL FÚTBOL AMERICANO?

Te ayuda a formarte como persona, es parecido a la vida ya que al recibir el primer golpe te tiran al piso, pero tienes dos decisiones o te levantas y continúas peleando para que no te vuelvan a tirar o ahí te quedas y eso me encantó, me formó el carácter, disciplina y responsabilidad, es uno de los deportes más maravillosos que existen”, dijo.

RECORRIÓ TODAS LAS ESCUELAS UNIVERSITARIAS POBLANAS

A Gabriel Amavizca no hay “quien le cuente” en cuanto a las ideologías y formas de trabajo de las universidades que cuentan de alguna forma con programas de fútbol americano ya que ha sido parte de Aztequitas, posteriormente fue becado en Preparatoria del ITESM Puebla y al concluir firmó su beca en Liga Mayor con Aztecas, posteriormente jugó un año para los Tigres Blancos de la UMAD para jugar su último año de elegibilidad como universitario en Lobos BUAP de ONEFA.

Realmente cada coach, cada institución tiene sus ideales, pero la finalidad de cada entrenador es formar buenos jugadores, sobre todo buenas personas, es una meta en común para crear un equipo ganador, experimentas diferentes cosas, pero al final te encuentras en cada organización a una familia y tienes que pelear por ellos aseveró.

EL SALTO DE LO UNIVERSITARIO A LO PROFESIONAL

“El año pasado terminé mi elegibilidad en Lobos, desafortunadamente no pude terminarla como quería y solo jugué dos partidos por un problema de salud, me operaron y me prohibieron practicar deporte. Después me entero que en octubre abrieron Artilleros y me invitó la familia Vera, amigos que conocí desde Aztequitas. Entrené en etapa física y aún no podía hacer algunas actividades, pero me dije si será esto, es para mí. Llegaron las vacaciones de diciembre y decidí entrenarme y prepararme, me fue muy bien la verdad”.

LA ETAPA EN ARTILLEROS

Lo que más me gustó fue que al fin se animaran en Puebla a crearlo, una ciudad con tantos equipos, universidades, sus rivalidades, en principio la familia Vera tuvo dudas en que la mezcla de talento universitario fuera exitosa, pero cuando comienzas a entrenar y ves caras conocidas, realmente amigos, dices, esto se puede hacer en grande, siempre fuimos para adelante, desafortunadamente tuvimos dos juegos erróneos ante rivales de la misma conferencia que nos costaron la calificación pero para ser el primer año formamos una familia fuerte, si regreso el próximo año sé que tendremos un gran equipo sentenció.

LA ANGUSTIA DEL DRAFT Y COMBINE PARA CFL

Amavizca Ortiz al responder ésta pregunta, respiró hondo, sabía que el proceso no fue sencillo, pero se presentaron momentos clave que le guiaron el camino para hacer lo correcto.

“La familia Vera me motivó a que asistiera, me pidieron videos y los mostré. Fue una prueba para 50 jugadores, de los cuales 27 serían seleccionados, 3 por equipo y el día del Combine se dieron las pruebas de pateadores, al acabar la participación en la noche se dio la lista de preseleccionados, no me quedé, me desanimé y al día siguiente durante el desayuno con otro compañero que tuvo la misma suerte que yo vimos la transmisión del Combine y veo a Manolo Tamayo, uno de mis mejores amigos que se fue a Montreal y veo a los Artilleros que son seleccionados en otros equipos y sale de repente Winnipeg con Gabriel Amavizca y quedé sorprendido, los Vera me llamaron y me dijeron que fuera al salón del evento, con mis fachas y todo llegué al gran evento, mucha angustia y algo desesperado”.

DE WINNIPEG PARA HAMILTON

“Primero fui seleccionado por Winnipeg, estuve casi un mes con ellos, jugué dos partidos de pretemporada y al corte del roster me dejaron al margen, me enviaron a la agencia libre. Pasaron dos días y sentí que me aventura en Canadá había terminado, Sé que los planes y tiempo de Dios son perfectos y él me guiaría. Llegó el día de regresar a México y cuando me iba al aeropuerto me llegó un correo que me dijo que no tomara el vuelo ya que había un equipo interesado en mí, diez minutos más tarde me escribieron del equipo de Hamilton, me sorprendí y sin pensarlo confirmé la noticia y viajé a Hamilton.

LA PRIMERA VEZ EN LOS TIGER CATS Y LA NOCHE HISTÓRICA

Su vida cambió en pocos días, los Hamilton Tiger cats era su nuevo equipo y la atmósfera antes del primer juego fue diametralmente distinta a lo que vivió a minutos del primer juego.

“Previo al juego, sales entre la gente, muchas luces, estadio lleno, ruido, se me enchina la piel una atmosfera increíble, nunca olvidaré mi primer juego en la CFL. Fue en el segundo juego de la temporada en Toronto cuando el coach se acercó a mí, me dijo si quería hacer historia y me ordenó que pateara el ovoide y lo hice. No logré dimensionar lo que pasaba en ese momento, un compañero me dijo que tomara la bola que la guardara porque era la que tenía que guardar porque eran mis primeros puntos para un jugador global de la CFL en hacer puntos”, jamás lo olvidaré.