El deporte en Izúcar de Matamoros se encuentra de luto tras el fallecimiento de Alfredo Gil Ajuria, conocido afectuosamente como el profe Chabelo. Este hombre, reconocido por su pasión por el deporte y su inquebrantable espíritu solidario, dejó un legado imborrable en su comunidad.
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Con más de 40 años de trayectoria en el ámbito deportivo, Chabelo no solo fue un destacado impulsor del básquetbol en la región, sino también un ejemplo de resiliencia y generosidad. Su historia de vida es un testimonio de superación y entrega, que inspiró a muchos de sus alumnos, quienes lo acompañaron hasta su última visita a la cancha.
Chabelo comenzó su carrera como profesor en una institución educativa local, donde compartió su amor por el deporte con generaciones de jóvenes. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado en el año 2016, cuando sufrió un grave accidente automovilístico en Estados Unidos que resultó en la amputación de una de sus piernas.
A pesar de esta lección desalentadora, Chabelo encontró la fuerza para seguir adelante y convertir su experiencia en una oportunidad para ayudar a los demás. Con el apoyo de sus alumnos y diversas organizaciones, logró obtener una prótesis y fundó la asociación civil sin fines de lucro "Ayudando a Nuestra Gente".
Esta organización, creada con el propósito de brindar apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, benefició a familias del municipio y de la región, proporcionando sillas de ruedas, bastones, andaderas y otros artículos de ayuda.
Políticos, empresarios, deportistas y periodistas lamentaron la muerte del profesor ocurrida el fin de semana, al considerarlo uno de los principales promotores del deporte, con asombrosa respuesta y con la valentía de que todo el tiempo ocupaba su silla de ruedas.
“Su legado perdurará en el corazón de todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo”, acentuó su familia y el cronista Alfonso Gil Campos.
La misa del cuerpo presente fue durante la tarde del pasado lunes en la parroquia de Santa María de la Asunción, y finalmente su última morada fue el panteón municipal, acompañado de sus familiares, amigos y alumnos.