Un punto le arrancaba las Franjitas al líder del torneo, Monterrey, y las mantenía con vida dentro de la competencia. Pero un gol no exento de polémica de Alicia Cervantes, las deja hoy fuera de toda chance de calificación.
La delantera regia, ingresada al campo en el segundo tiempo, hizo por un balón filtrado, lleno de veneno para ganarlo y patearlo ante la salida de una monumental Brissa Rangel, oportuna en el achique y enorme en el desvío.
La pelota parecía a la distancia había rebasado la línea de meta; sin embargo, Cervantes no esperó al silbatazo del juez y acudió de nuevo a la cita del esférico, pescándolo de primera para meterlo a la red, a pesar del intento de corte de la capitana blanquiazul, María José López.
El reclamo poblano no esperó y dejó en claro la necesidad del VAR en la Liga Femenil, donde los costos han impedido su llegada. Aunque a decir de Arturo Brizio, mandamás del arbitraje en México, tanto el circuito rosa como el Ascenso contarán en dos o tres años con la ayuda de la tecnología.
Pero a las Franjitas les urgía el jueves, cuando se jugaban su última carta para calificar.
Antes de la polémica acción, y a pesar de la misma, Puebla firmó su partido más serio de la temporada.
El juego, dada la calidad del adversario, sirve para medir la campaña de La Franja Femenil: buena tras cambiar a la mitad del plantel de una temporada a otra.
Aunque, también evidencia la necesidad de mantener al grupo junto, pues con su juventud y el semestre de experiencia, promete gratas sensaciones en el futuro.
El próximo domingo gozarán de revancha, cuando al Cuauhtémoc venga Cruz Azul y un viejo conocido como Rogelio Martínez.
Martínez y las cementeras se jugarán en la Angelópolis la chance de seguir con vida, o despedirse de toda posibilidad.
Rogelio dirigió a las Franjitas en su debut en la Liga MX y tras cerrar con una racha importante de juegos sin derrota quedó fuera de la organización.