Solitaria anotación de Francisco Rangel y México se subía al podio del Grand Prix Internacional de Puebla, pero un gol de campana de Ángel Flores en el complemento igualó para Costa Rica y forzó la definición desde el manchón para ponerle drama al duelo por el tercer lugar, donde El Tricolor acabó imponiéndose en la muerte súbita 4-3 para treparse al podio.
El Tricolor sigue por detrás de Brasil y Argentina a nivel continental, lo cual ahora deberá de refrendar o mejorar en la Copa América de Argentina en el otoño. Justo ahí dispondrá de otra chance para lograr el ansiado boleto al Mundial de Inglaterra y los Paralímpicos de París.
La selección nacional dejó en claro desde los primeros minutos cuánto se tomó en serio el duelo de consolación tras una soberbia conducción de Rangel por izquierda que terminó con un disparo colocado y raso fuera del alcance del arquero tico Rony.
Los ticos mejoraron a partir del ingreso al campo de Ángel Flores, desequilibrante y regateador, a grado tal de poner a trabajar horas extras a la zaga mexicana. Pero la fiabilidad defensiva del tricolor reaparecía el domingo tras ser sólo puesta en entredicho en todo el torneo por el pentacampeón Paralímpico, Brasil.
Aún así, Flores avisó en el complemento cuando cimbró el palo derecho de la meta de Jesús Montoya probando desde la media distancia. Pero bajo advertencia no hay engaño y los centroamericanos igualaron a siete minutos del final por conducto de Flores.
Tras aquello México por fin se activó y lo intentó con Rangel, Sotelo y Arana; pero en todas se topó con un gigante Rony bajo palos para obligar la definición en lo máximo.
En la tanda, México se puso 2-0 arriba y daba la impresión de navegar con banderas desplegadas al tercer lugar. Sin embargo, Costa Rica alcanzó y metió presión ante una Madriguera que debía de jugar su partido.
Paco Rangel pidió entonces el balón en el penal definitivo y batió a Rony, luego a los ticos les pudo la presión y acabaron echando por fuera el disparo para desencadenar la locura en Puebla, donde México terminó bañándose en bronce, pero con la sensación de que el metal pudo ser mejor.