Tal vez la cercanía con el fin del torneo y la evidente escasez de puntos en el horizonte llevaron a Nicolás Larcamón, técnico del Puebla, a reconocer por primera vez que los empates a estas alturas del campeonato de poco sirven en el afán hacerse de un boleto para la Fiesta Grande o tan sólo para mantenerse por lo menos en los sitios de recalificación o repesca.
El entrenador, además, reconoció su escuadra está ante un reto mayúsculo en la necesidad de reencontrarse con el triunfo luego de lograr el décimo empate de la competencia y undécimo juego sin sumar de a tres tras igualar la noche del jueves con los Tuzos del Pachuca. Todo esto cuando la presión comienza a ser mayor en la justa.
“Quizá ese discurso (de que los empates valían) en algún momento del torneo tenía sentido, pero hoy ya urgen los triunfos. Aunque creo que esto (la calificación) se definirá hasta el final, hasta el último minuto de la fase regular y hay que comprenderlo como un reto y no hay más que meterle”, expresó el entrenador en la rueda de prensa posterior al compromiso contra Pachuca.
Larcamón, eso sí, se rehusó a creer que a su Puebla no le alcanza para otro resultado, pues por la forma en cómo entrena La Franja o juega “merece más”. No obstante, reconoció el futbol “no es de merecimientos y por lo tanto se debe de asumir lo que no se ha hecho bien, pues ése es el motivo por el cual no se tienen más puntos en el torneo”, agregó el preparador.
Luego habló de las desatenciones, como la del miércoles en el tiro de esquina en el minuto 90, donde Miguel Tapias entró como en su casa para acabar marcando el 2-2 definitivo en el Cuauhtémoc.
“Desatenciones no podemos permitirnos más, es claro. Hay que tener temple, oficio para salir de esto”, remató Larcamón.