Allí, en el número 10, sobre la Avenida 4 Oriente, en pleno centro de la ciudad, quedaron cerradas casi seis décadas de historia. Toda una vida, toda una tradición.
La pandemia de la Covid 19 cobró una víctima más entre los negocios más emblemáticos en el centro de nuestra anghelópolis: El Tigre de Puebla, una de las tiendas de venta de artículos deportivos más representativas en la historia de Puebla, cerró sus puertas a mediados del mes de septiembre.
La historia quedó sellada. Era la única tienda histórica en funcionamiento que quedaba. Años atrás habían hecho lo mismo, Deportes Núñez, Deportes Arenas o Deportes Mena. Esta última cambió de sitio, aunque en un espacio más pequeño.
Cortinas abajo, llenas de polvo, en aparente estado de abandono, en la 4 Oriente 10 aparece el local donde todavía se notan los últimos vestigios de El Tigre de Puebla, la tienda fundada por los Vela Vélez, hermanos de origen español, que ha sido una tradición en varios estados del país, incluyendo Ciudad de México, Puebla, Veracruz y Oaxaca.
Las bajas ventas, por la falta actividad deportiva debido a la pandemia, provocó que desde el mes de abril bajaran las ventas, lo que ya no fue suficiente para cubrir el salario de sus cuatro empleados y la renta mensual del local.
En un principio la idea de doña María Elena Sarmiento Beltrán, viuda de Miguel Vela Vélez fue traspasar “pero no apareció ningún cliente. Aguantamos lo más que pudimos, pero los gastos eran insostenibles, y para reactivar la tienda se necesitaba una gran inversión”, declaró Miguel Sarmiento Beltrán, vocero y hermano de la dueña del lugar
“Además había que pagar impuestos y todo jugó en contra”, agrega Miguel.
Con esos antecedentes se tomó la decisión de liquidar a los empleados y cerrar las puertas. “Fue lo mejor, ya la clientela se había alejado, la misma inactividad deportiva, el encierro de la gente y la crisis económica, aceleraron nuestra caída”, abundó.
UNA HISTORIA
El Tigre de Puebla abrió sus puertas entre 1965 y 1966, con una sociedad integrada por los hermanos Miguel, Manuel y Sinforiano Vela Vélez, originarios de Santander, España.
A la par abrían sucursales en Córdoba, Veracruz, y otras partes del país, siendo las más representativas las de la Ciudad de México, y las tiendas ubicadas en el puerto de Veracruz.
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Al paso del tiempo, los hermanos hicieron negociaciones y Miguel Vela Vélez se quedó como dueño único de la tienda ubicada en Puebla.
“El primer gerente que tuvo la tienda se llamaba Ismael Fernández Vélez, también español, pero duró como cinco años, ya que perdió la vida en un accidente de automovilismo”, recuerda Miguel.
“Ismael fue mi amigo. Yo vivía a la vuelta en la 2 Norte en mi época de estudiante y nos hicimos grandes cuates hasta su muerte”, recuerda el contador Jesús Rodolfo Calvo, quien tiempo después por más de 40 años llevó la contabilidad de la tienda deportiva.
“La tienda nació como Deportes Puebla y al paso de los años se convirtió en El Tigre de Puebla”, recuerda Calvo.
A la muerte de Fernández Vélez llegó Ángel Ibáñez a la gerencia para convertir a El Tigre de Puebla, en una de las tiendas más importantes de la entidad.
“Por azares del destino, al paso del tiempo me hice contador de El Tigre, ya con Ángel como gerente. La verdad Ibáñez fue el alma de esa tienda y siempre lo mantuvo firme y en funcionamiento”, reconoce Chuchín.
Ibáñez, también de origen español, ocupó la gerencia por más de 40 años, hasta su muerte allá por 2015.
Hombre atento, siempre aparecía en la entrada, leyendo su periódico y observando por encima de sus lentes la llegada de cada cliente.
“A ver chamaca atiende al señor que acaba de llegar”, encargaba a sus empleados cuando aparecía un cliente.
Balones de futbol, basquetbol, voleibol, pelotas de beisbol, uniformes, tacos, guantes de beisbol, bates, caretas, guanteletas, pesas, guantes de portero, postes para porterías, rodilleras, libretas de box score para anotar los partidos de beisbol, navajas, calcetas, bicicletas, hasta cartuchos para escopeta podía encontrar en El Tigre.
A la muerte de Ángel Ibáñez, se sumó al poco tiempo el deceso a los 94 años de su dueño, Miguel Vela Vélez.
“Su muerte (de Ibáñez) fue un duro golpe y la familia tuvo que dividirse en el ir y venir a las diferentes tiendas. Ya no fue igual, pero el negocio seguía siendo redituable y mantenía el servicio y la atención de todos esos años”, aclara Miguel.
“Lo que provocó el cierre fue la pandemia y aunque el negocio siguió operando con tosas medidas, no había ventas y mi hermana tomó la decisión de cerrar, y creo que, aunque nos duela, fue lo mejor”, remata el vocero de la familia Vela Sarmiento.
"Se cerró un ciclo para una de las tiendas deportivas más emblemáticas de Puebla. Es triste, pero la pandemia fue el golpe final", remató Chuchín.
- El Tigre de Puebla fue junto con Deportes Núñez y Deportes Mena, tres de las tiendas de tradición en el centro de la ciudad. Hoy ninguna de ellas existe en el primer cuadro