El sueño de muchos lo cumple el poblano Eduardo Jiménez, quien desde hace más diez años se dedica a entrenar fútbol a niños y jóvenes en una filial del Boca Juniors (equipo argentino) en Tokyo, Japón, preparándolos física y emocionalmente para que estos cumplan la meta de ser futbolistas profesionales.
La historia de Eduardo se remonta su infancia, ya que siempre fue un apasionado al fútbol, jugaba en las fuerzas básicas del Puebla, además de que era aficionado del equipo de la ciudad y aunque no debutó en primera, siempre tuvo fija la meta de dedicarse al deporte.
Junto con su familia se mudó a Estados Unidos, donde estudió y sacó una licenciatura de fútbol, misma que impulsó más el sueño de Jiménez, que, sin pensarlo, terminó enamorado y casado con una mujer de origen japonés, por lo que se tuvo que mudar a dicha nacionalidad asiática.
BOCA JUNIORS JAPÓN
Estando en Japón, sin planearlo, descubrió a través de un comercial que en Tokyo había una escuela de fútbol filial al equipo argentino de Boca Juniors, su esposa le dijo que intentara acceder para poder laborar ahí.
Teniendo la ilusión de trabajar en la escuela, acudió, metió papeles, tuvo conversaciones, pero la respuesta fue negativa y lo rechazaron, así estuvo durante casi un año, hasta que finalmente los convenció y comenzó el sueño del poblano.
Empezó como ayudante general de los entrenadores, hasta que poco a poco fue ascendiendo, hasta estar dentro del equipo de entrenamiento, puesto con el que actualmente labora en la escuela japonesa.
ENTRENA A NIÑOS Y JÓVENES
Eduardo entrena a jugadores desde categoría la infantil (menores de 13 años de edad) hasta la juvenil (15-16 años), junto con colegas que llegan directamente desde Argentina. El poblano señala que a los jóvenes se les trata de enseñar la manera de cómo se entiende el fútbol en Sudamérica, ya que tienen una mentalidad distinta a los de su continente de origen.
“Se trata de introducir el ambiente, para cuando ellos lleguen a jugar algún partido se vea la diferencia, entre el niño japonés y el que aprende aquí. Les mostramos comunicación, ciertas palabras en español, números, etc”, afirma el poblano, quien además recalca que la cultura de los asiáticos es más compleja por la mentalidad que tienen:
“El niño es poco afectivo aquí, pero cuando te abrazan, te da para seguir adelante, porque es una sociedad muy difícil, desde hacer amigos, porque cada quien tiene su meta fija y en el fútbol les enseñamos que deben ser más expresivos, ser libres, que no lo vean como una disciplina de ejército”.
ALGUNOS HAN DEBUTADO
Con orgullo, el poblano indica que, en la academia deportiva, han tenido casos de éxitos con fútbolistas, quienes han logrado debutar en la liga japonesa con algún otro equipo profesional, así como una niña, quien le tuvo tanto amor a los colores del Boca y se fue a Argentina a vivir, donde ya es jugadora profesional.
“El fútbol es algo que te ayuda a formarte como persona, estar siempre en movimiento, saber levantarte cuando te caes, aquí en Japón, cuando se caen anímicamente es difícil que se levanten, no son igual que allá en América, hay que hacer un trabajo psicológico (...) se siente bonito ver crecer a tus estudiantes”, expresa Eduardo.
Una de las anécdotas que recuerda Jiménez, es que Juan Cruz Mónaco (preparador físico con Nicolás Larcamón), estuvo en Tokyo tiempo antes de que llegara a un equipo profesional y Eduardo siempre trató de motivarlo para cumplir el sueño que ahora cumple Juan, sin saber llegaría al equipo de La Franja.
NO SE IMAGINABA VIVIR DEL FÚTBOL
Su sueño es seguir trabajando en Japón, hasta donde las condiciones físicas le den para continuar mostrándole a los niños, para que vean una manera diferente de ver el fútbol, siempre con mucha diversión.
“No me imagine vivir del fútbol, no es algo que sea muy lucrado, me sirve como una buena relajación, me gusta hacer lo que me apasiona, no importa la remuneración, pero es bonito hacer lo que me gusta”, revela el poblano.
A pesar del éxito que ha tenido, no ha estado exento de discriminación por sus orígenes, “A muchos no les gusta que hables su idioma, pero nos hemos sabido mantener, y estamos siendo felices”, agrega.
GUÍA DE ARTISTAS
Es importante hacer mención que Eduardo, como extra, también ha sido un guía de artistas musicales de talla internacional que llegan a la nacionalidad japonesa, ya que sabe español, inglés y va evolucionando su japonés. Él los ayuda a adaptarse durante su estancia en el país asiático, ayudándole su facilidad de comunicación.
“Quisiera regresar a Puebla por mi familia y todo, pero solo como visita sin olvidarme de mis raíces, tengo un gran sentimiento por la ciudad (de Puebla) por todo lo que aprendí y viví, pero estoy a gusto donde estoy hoy”, finaliza.
