Cuatro títulos del circuito, seis campeonatos divisionales y cuatro nombres de batalla diferentes, enmarcan los 80 años de historia de Puebla dentro de la Liga Mexicana de Beisbol, donde apareció oficialmente una fecha como hoy (25 de mayo), pero de 1942.
Puebla, a secas, Pericos de Puebla, Ángeles de Puebla y Ángeles Negros de Puebla, son los nombres que ha adoptado una franquicia, que ha estado marcada por constantes ires y venires, cambios de dueños y cuyo último regreso desde el 2000 hasta la fecha ha sido la más larga dentro del circuito, y al mismo tiempo, la más exitosa.
De la mano de don Castor Montoto, asociado con Carlos Gómez Viñals y Delfino Pérez, Puebla hizo su debut en la Liga Mexicana en 1942 donde terminó como cuarto lugar entre seis equipos con marca de 42-45 en una temporada dirigida por José Luis "Chile" Gómez y Guillermo “Yamo” Ornelas.
Una organización en la que comenzaron a aparecer grandes figuras extranjeras y nacionales, viendo nacer al año siguiente al ídolo veracruzano Roberto “Beto” Ávila, quien después de cinco campañas con la franquicia, saltó a la mejor pelota del mundo, con Cleveland, donde en 1954 se consagró como el primer latino en ganar la corona de bateo en la Gran Carpa, un logro que nadie le quitará.
Puebla jugaba en el viejo parque Puebla, construido de madera, ubicado en la 11 Sur y 37 Poniente. Era necesario entonces, tener un nombre de batalla. De pronto, con la P en la parte frontal del uniforme y sus vivos verdes, alguien gritó desde las tribunas… “parecen Pericos…”
Fue así como en 1945, tres campañas después de su debut, adoptaron el nombre de Pericos, su estandarte de batalla que portaron sin cambio alguno hasta 1975 cuando don Jaime Pérez Avellá adquirió la franquicia y en 1976 los convirtió en Ángeles de Puebla, en alusión a la ciudad fundada por querubines.
Una primera etapa donde, entre 1946 y 1947, fue dirigido por el ex estrella cubano de Grandes Ligas, Adolfo Luque, y que se cerró en 1948 por problemas económicos.
Fueron 12 campañas sin pelota de Liga Mexicana, hasta que en 1959 los empresarios poblanos William Budib y Emilio Tame compraron la franquicia de Nuevo Laredo, para que, en 1960, resurgieran los Pericos, con el estadio Zaragoza como su nuevo nido.
Decididos a ser protagonistas del circuito, los nuevos dueños trajeron a peloteros que más tarde alcanzaron la inmortalidad como Ronnie y Moi Camacho, Jorge Fitch - procedente de Tigres-, Rudy Sandoval, “Zacatillo” Guerrero, Lupe Cansino, Ángel Toledo, Oscar Rodríguez, Miguel Sotelo, Pedro Cardenal, Juan Suby, Alfredo Mariscal, entre muchos más, quienes bajo el mando de Tony Castaño, dieron a Puebla el primer banderín del circuito en 1963.
La franquicia fue vendida en 1966 a Manuel Barbachano Ponce, quien aguantó cuatro años en la Angelópolis y que incluso en ese año trajo a dirigir a Beto Ávila. Al final de 1969 emigró con el equipo a Yucatán, su estado natal, y otra vez la pelota profesional brilló por su ausencia.
CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS
Con la promesa de construir un nuevo estadio, Puebla logró regresar en 1972 como equipo de expansión junto con Córdoba, y otra vez las familias Budib y Tame tomaron el “toro por los cuernos”.
Al poco tiempo los Budib incorporaron en su sociedad al contador Rafael Moreno Valle y a Jaime Pérez Avellá, quien al final de 1975 se quedó con todas las acciones y a la campaña siguiente transformó a los Pericos en Ángeles, equipo que tres años después (1979) dio a Puebla el segundo título de su historia con el ídolo Jorge Fitch en el timón.
Solo el movimiento anabista frenó a ese gran equipo en 1980 cuando Puebla volvió a quedarse sin beisbol, una sequía que terminó en 1985 con el regreso de los Ángeles, a los que el mismo Pérez Avellá transformó en unos poderosos Ángeles Negros en 1986, llevándolos al campeonato bajo la tutela de Rudy Sandoval.
Tres años volvió a durar el gusto, y a finales de 1987 Puebla volvió a quedarse sin beisbol, hasta que el contador Rafael Moreno Valle adquirió a Córdoba a finales de 1992, para volver en 1993, en una ilusión que volvió a durar tres temporadas, sin pena ni gloria.
La espera fue de cinco años, para que los Pericos regresaran en el año 2000, y aunque ha sobrevivido con cuatro dueños diferentes -Peralta con Henaine, el contador Moreno Valle, Grupo Gimsa y Mota Engil- hasta hoy se mantienen vigentes cumpliendo la etapa más extensa de una franquicia en la Angelópolis y la más exitosa, con cuatro títulos divisionales -seis veces han llegado a final de zona-, cuatro finales de Liga Mexicana, y el histórico cuarto banderín en 2016, bajo el mando de Cory Snyder que entró al relevo de Matías Carrillo, despedido injustamente después del juego de estrellas, acabando con una sequía de 30 años sin ser monarca.
Una historia de 80 años, que se resume en 55 campañas activas dentro del circuito, tres como Puebla, seis como Ángeles, dos como Ángeles Negros y 44 como Pericos de Puebla -contando las dos de 2018-, el equipo más representativo en la historia de la Angelópolis en la pelota profesional.
EL DATO
Tony Castaño (1963), Jorge Fitch (1979), Rudy Sandoval (1986) y Cory Snyder (2016) han sido los managers campeones con Puebla.