A Puebla le faltó futbol, pero le sobró corazón y con eso compensó en el arranque del Torneo Apertura 2021 de la Liga MX para empatar 1-1 con unos Rayados de Monterrey faltos de tiza en el BBVA de La Sultana del Norte.
Los regios, sudando la gota ante un férreo conjunto blanquiazul, necesitaron de 87 minutos para abrir la lata y descifrar a un Puebla diezmado tras la lesión sobre el final del primer tiempo de Daniel Aguilar y las expulsiones de Juan Pablo Segovia y Christian Tabó, ésta en los últimos compases del partido.
El mediocampista Maxi Meza parecía les daba los primeros tres puntos a los regios; pero Christian Tabó se los negó cuando en la compensación la mandó a guardar rematando dentro del área… menos mal Nicolás Larcamón no lo dejó salir en el último mercado de verano tras las partidas de Omar Fernández, Santiago Ormeño y Salvador Reyes.
El central argentino Juan Pablo Segovia terminó en las duchas de forma prematura cuando cortó a base de empujones y jalones un avance manifiesto de gol conducido por Maxi Meza en la agonía del primer capítulo. La Pandilla en dicha acción pedía al juez central Oscar Mejía la pena máxima, pues juzgaba la falta de Segovia dentro del área; sin embargo, ni el nazareno ni el VAR cedieron ante los reclamos de los regios.
Tras eso, Daniel Aguilar cayó al suelo producto de una lesión muscular por aquello de la falta de rodaje en la pretemporada, a pesar de haber gozado de por lo menos dos partidos para soltar piernas.
La noche se le venía encima a La Franja y su técnico Nicolás Larcamón debía de inventarse “algo” en la pizarra para llegar a como diera lugar sin daños al entretiempo, luego de aguantar los envites de un toro holandés llamado Vincent Janssen, quien antes de la roja directa a Segovia ya había puesto bajo aviso al Puebla con sendos disparos tras ser proyectado por los grandes servicios de Duván Vergara; sin embargo, esos intentos se fueron por encima de la meta defendida por Antony Silva.
El tulipán también lo intentó de cabeza, pero el arquero guaraní del Puebla le acabó desviando el cabezazo para mantener de pie a su escuadra y compitiendo, en espera de hacer “la chiquita” en el complemento.
Pero Maxi Araújo no esperó hasta el segundo tiempo y en unas de sus pocas incorporaciones por el flanco izquierdo casi abre la lata y de paso le recordó a Rayados que Puebla sí estaba jugando en el Gigante de Acero. El charrúa, llamado a dar el paso al frente tras la partida de Omar Fernández porque futbol posee en los pies, agarró la pelota, gambeteó e ingresó al área de Monterrey para sacar un disparo raso; pero la pelota optó por irse afuera, mientras los 20 mil fanáticos en el BBVA contenían la respiración.
La Franja tras aquello llegó sin daños a la pausa del medio tiempo, anotándose un triunfo moral. Pero aún quedaban 45 minutos por delante como para cantar victoria, pero “la gorda cantaba” cuando Fernando Aristeguieta metía un testarazo con sello de gol, el cual buscaba la horquilla de la meta regia, bien defendida por Esteban Andrada. El argentino dejó en claro por qué lo trajeron a Rayados, justo para partidos como el del domingo en La Sultana, donde el rival sale respondón y “la caprichosa” no desea picar a favor.
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