¡Rayos y centellas! Lo de Alustiza, su despido un día antes de terminar el torneo, acabó por ser un toque de atención a la plantilla blanquiazul, inspirada el viernes en el Cuauhtémoc, a grado tal de golear 3-0 al mismísimo sublíder Necaxa.
La victoria de La Franja en el cierre de la competencia parecía más de película de Marvel, y sus múltiples universos, pues el Puebla de ayer no era el Puebla de este agonizante torneo.
Alejandro Chumacero corría, alcanzaba cualquier balón, lo robaba, jugaba sencillo; Lucas Cavallini, marcando por primera vez después de casi dos meses sin hacerlo, festejaba acariciándose la playera, como si de verdad la sintiera, luego de sus múltiples desplantes hacia el club, con todo y declaraciones de abandonar el barco, nada más al acabar el torneo.
Pero ninguno como Christian Tabó. El “10” blanquiazul dictó cátedra sobre cómo jugar la posición de delantero: moviéndose al espacio y mostrándose matón a la hora cero.
Sólo en 35 minutos había marcado más goles (2), a los convertidos en todo el semestre.
Primero abrió la lata a los 11 minutos, después anticipó en el corazón del área a su marcador y pasó a la red un servicio preciso de Lucas Cavallini, justo con el descanso asomando en el horizonte.
Necaxa no se creía la película y seguía como mero espectador VIP, observando en primera fila cómo Puebla lo superaba en todas las líneas.
Aunque la historia, en este universo raro llamado futbol, donde el último le pega al primero, aún no entraba a su clímax. Pero ese llegó cuando Cavallini se reencontró con el gol.
El canadiense, en el afán de quedarse con un servicio preciso y plantarse solo ante el arquero González, le ganó la espalda a sus marcadores, luego con el balón en su poder disparó al palo lejano del portero para firmar el 3-0.
“¡Goool, gool”, gritaba Cavallini, mientras le mostraba la playera a la fanaticada. Vaya si este mundo, es un mundo raro.
Tras el descanso, la realidad se reajustó. Necaxa tomó la manija del juego; Puebla aguantó y de no ser por la mala puntería rojiblanca, no se juzgaría el triunfo blanquiazul como de la dimensión desconocida.
Al final, el conjunto blanquiazul se quedó con 10 tras la expulsión de Jesús Zavala. Pero la diosa fortuna ya se había decantado por el blanquiazul.
El Puebla se dio el lujo de debutar al joven Emiliano García, estrenándose éste a los 15 años en la Liga MX. El joven entró a los 93 minutos.
EL APUNTE
Durante el duelo, uno de los grupos de animación oficiales del club se acordó de Matías Alustiza, coreando su nombre. “El Chavo” ni siquiera entró a la convocatoria del viernes, siendo adelantado por el novel Emiliano García.