Para los Pericos de Puebla, el tiempo parece agotarse.
A 16 juegos para el final de la primera mini campaña de la Liga Mexicana, los verdes siguen alejándose de la zona de calificación, con la única esperanza de tener un repunte y meterse entre los cinco mejores y forzar el juego de eliminación.
Esas 10 derrotas en los 11 enfrentamientos frente a Tigres y Yucatán terminó sacando a los Pericos de la zona de play-offs y los sumergieron en una tremenda crisis de donde no han podido salir.
De hecho esa paliza en el primer juego en Villahermosa contra Tabasco por pizarra de 11-2 pone de manifiesto una vez más que el pitcheo abridor tiene demasiadas grietas, y que Wes Torrez, no es el refuerzo que se necesitaba para la recta final.
Torrez sigue sin ganar con los Pericos desde que llegó procedente de Monclova, y si no aprovechas lanzar con calidad en un parque como el Centenario 27 de febrero, que es un paraíso para los lanzadores, será imposible enderezar el rumbo.
En 2016 pasó lo mismo, pero cuando Torrez pasó al bullpen, entonces se convirtió en figura indiscutible del pitcheo verde.
Lo malo es que no hay quién aparezca para ocupar su lugar, y el pitcheo abridor importado, salvo Lambson quedó a deber.
La esperanza es que así como perdieron 10 juegos al hilo, los Pericos se enchufen en los últimos partidos y logren cambiar la historia.
Lo malo es que la serie contra León, el rival directo, será en el Domingo Santana, donde los Bravos han lucido invencibles.
Mañana los verdes regresan a casa para recibir a Campeche, en un choque que comenzará a las 20:00 horas, por aquello del largo viaje desde Villahermosa a Puebla.
Anoche estaban peleando codo a codo con los Olmecas por empatar la serie y hasta el cierre de la edición se encontraban igualados a dos anotaciones en el sexto episodio.
Romario Gil volvió a lucir en la lomita poblana, pero de nueva cuenta salió sin decisión.