Puebla, Pue. El ambiente fue festivo desde el inicio. El flamenco no se hizo esperar como fondo en los vehículos que llegaban y desde luego, pasos dobles. La plaza de toros El Relicario, inmueble mudo y testigo de muchas faenas desde 1988, ahora libra dos batallas nuevas, una contra la pandemia y la segunda contra las propuestas de leyes que prohíben los festejos taurinos en la capital del estado por parte del gobierno municipal que encabeza Claudia Rivera Vivanco.
Con un gran parque vehicular que superó las 137 unidades en las que hubo matadores de toros como el poblano Héctor Gabriel, el tlaxcalteca Angelino de Arriaga y el novillero Gustavo García “Solito”, médicos taurinos, galleros, empresarios, ganaderas y ganaderos, banda de música entre muchos otros más aficionados fue desfilando por las calles de Puebla un nutrido contingente que pidió no prohibir la Fiesta brava.
RECORRIDO
Partieron de la plaza de toros ubicada en los Fuertes de Loreto, recorrieron la calzada Ignacio Zaragoza hasta llegar al estadio Cuauhtémoc donde retornaron por la misma avenida para llegar hasta al boulevard 5 de mayo y subir por la 27 oriente – poniente. En la 13 sur dieron vuelta a la derecha para incorporarse a la avenida Juárez y subir hasta el boulevard Atlixco que los llevó hasta la Estrella de Puebla.
El ambiente en realidad fue de fiesta. Mientras que por las redes sociales se veían comentarios y fotos que daban testimonio de la caravana donde se pedía no prohibir la actividad taurina en la capital de la entidad poblana.
Durante el recorrido, la vigilancia estuvo a cargo de la policía del estado y todo el trayecto transcurrió sin mayores inconvenientes.
FIESTA TAURINA
En el recorrido ningún manifestante se bajó de sus automóviles, portaron cubrebocas y fueron acompañados por galleros y forcados que se sumaron a la causa. Los colores de capote y muletas adornaron los vehículos de los participantes, algunos aficionados como Raúl Cardoso llevó en su camioneta pinturas, lo mismo que Gaby Ferrer. Quien hizo el diseño de una cabeza de toro de Talavera en técnica de acuarela y que sirvió como distintivo del movimiento.
La emergencia sanitaria continua en Puebla y el resto del país, pero los taurinos, al ver amenazado su espectáculo y muchos su fuente de empleo, salieron a las calles a pedir respeto y la libertad de ejercer esta actividad.