Finalmente, el comisionado Rob Manfred recurrió a su condición de máxima autoridad y después de que los dueños y el sindicato de jugadores no llegaron a un acuerdo para el inicio de la temporada 2020, el martes por la noche dio el visto bueno para la realización de la campaña de las Grandes Ligas, con un rol reducido de 60 juegos que iniciará entre el jueves 23 o viernes 24 de julio.
Lógicamente será un hecho atípioa, ya que el rol regular de cada temporada en la Gran Carpa es de 162 partidos, pero como arrancará cuatro meses después por la pandemia del coronavirus se perderán un total de 102 encuentros.
El gran problema circulaba en torno al salario que devengarían los jugadores, pero al parecer ya se acordó el porcentaje que se les pagará a cada protagonista por jugar poco más de un tercio de la campaña.
Con ese rol de 60 juegos, la mini temporada terminará a finales de septiembre, como sucede en una temporada normal, y a partir de allí comenzarán los play-offs.
A diferencia de muchos otros circuitos, la Gran Carpa se mueve en torno a una enorme capacidad de mercadotecnia, donde sus principales ingresos son los jugosos contratos televisivos y los paquetes que se venden anualmente para los aficionados que gustan -o nos gusta- seguir los partidos por las diferentes plataformas digitales.
Eso significa un enorme ingreso para las arcas de todos los equipos y es, precisamente, lo que se intenta rescatar. Tan solo un paquete para escuchar y ver los partidos por internet rebasa el precio de los 100 dólares y en todo el mundo existen miles de aficionados que hacen sus contratos para seguir los encuentros, ya sea desde sus hogares o desde su oficina.
Por eso poco les importa jugar esta temporada sin aficionados en las tribunas y aunque a ciencia cierta representa un gran ingreso por todo lo que se vende dentro de los estadios, desde comida, souvenires, refrescos y cervezas, la Gran Carpa lo que intenta hacer es salvar los compromisos que tiene, que van desde los patrocinios hasta los contratos antes relatados.
Como será una campaña atípica habrá modificaciones en algunas reglas acostumbradas: por ejemplo, el uso del bateador designado será obligatorio en las dos ligas. En la Liga Americana es por tradición, mientras que, en la Nacional, para marcar la diferencia, siempre ha bateado el lanzador.
Y cómo es atípica, si el juego se va a entradas extras, en la décima tanda cada equipo arrancará con corredor en segunda, a diferencia de las competencias de la Federación Internacional donde colocan corredores en los dos primeros sacos y continúa el acostumbrado toque de bola para buscar armar el racimo.
Aquí se me hace mucho más justo, pero se debe estar atento para evitar que esa regla quede establecida para futuras campañas.
Quizá la Liga Mexicana, en caso de que haya temporada, establezca el mismo mecanismo, para evitar que los juegos en estos tiempos de pandemia se alarguen más de la cuenta.
En fin, regresa el Gran Circo y ya lo que se defina entre dueños y sindicato en cuestión de salarios, será otro cantar.
Lo importante que ya hay luz verde y ojalá ese virus invisible, que tanto daño ha hecho a la humanidad y por ende al deporte, no meta de nuevo la cuchara y vuelva a arruinar los planes.