Capricho o no del destino, pero como hace 10 años Puebla y Veracruz definen el descenso.
Esta vez no se tratará de La Franja a la que te toque fajarse con los Tiburones Rojos; sí, a los Lobos de la BUAP. Los universitarios, quienes lograron la categoría en mayo pasado contra el mismo rival al cual hace una década el Puebla vencía para catapultarse a la Primera División (Dorados de Sinaloa), deberá de matar o matar el sábado en el Universitario para hacer bueno el eslogan “llegamos para quedarnos”.
Al igual y como hace 10 años, en la línea lateral se hallarán dos técnicos con horas dispares sobre el banquillo: Rafael Puente, entrenador lobezno, afrontará el duelo con el ascenso al máximo circuito como mayor logro; Guillermo Vázquez, táctico escualo, lo preparará con un título de liga y otro de copa bajo el brazo.
Hace 10 años, el turno le correspondió a José Luis Sánchez Solá y Miguel Herrera.
“El Chelís” se jugaba todo su crédito como estratega en el Puebla-Veracruz; “El Piojo” lo hacía de mediana manera, porque el medio de una otra forma lo conocía por sus años como jugador.
Y la historia, se repite hoy.
Rafael Puente parece no cuenta con mañana si no gana el sábado; Vázquez, aun perdiendo dirá en el futuro cuando se le pregunte sobre su trabajo en el Veracruz, que a él no se le podía responsabilizar del todo.