La nadadora y Seleccionada Nacional Liliana Ibáñez, se prepara intensamente a pesar de las limitantes que representa estar encasa, con el objetivo de presentarse a buscar la marca que le dé el pase a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en su especialidad.
Compañera de la poblana Diana Luna en el seleccionado nacional en diversos eventos internacionales, la velocista y olímpica nacional, se encuentra en casa sorteando la contingencia provocada por el coronavirus y lo hace con todo el ímpetu de perder el menor tiempo y poder estar lista cuando se regrese a la actividad.
“Estoy bien, he adaptado un gimnasio en casa para poder hacer mi trabajo, hago bicicleta de spinning para el cardio y nado una alberca en donde rento tiempo para poder entrenar. Adecuando las condiciones que tengo para poder estar al día”, comentó.
Enlazada en una charla a través de plataforma digital coordinada por el CODE Guanajuato, destacó estar mentalizada para encarar los juegos de Tokio, aunque también sabe que podrían no realizarse si es que las condiciones de salud no lo permiten.
“Yo tengo clara una cosa, los próximos Juegos Olímpicos son los míos, llámese Tokio o incluso París. Existe la posibilidad de que no hay Tokio, pero sí habrá París y yo voy a estar ahí”, dijo.
Respondiendo a la pregunta de El Sol de Puebla, la nadadora, máxima medallista en Juegos Centroamericanos, dijo estar al cien en su recuperación de hombro que le impidió participar en Lima 2019, sin embargo, también sabe que su terapia para tenerlo a punto es de por vida.
“Estoy al cien recuperado, pero necesito la terapia física de por vida. Mi hombro necesita terapia en todo momento. Yo no tomaba en serio la terapia cuando estaba en Estados Unidos, pero hoy que tengo el apoyo de mi fisiatra y mis doctores, he podio cuidarlo mucho más. Mi cuerpo está en perfectas condiciones para llegar a Tokio”, aseguró.
-\u0009El trabajo mental es fundamental
Para Liliana Ibáñez el trabajo mental y el aspecto emocional son fundamentales para poder sacar estas condiciones adelante, sobre todo porque ha tenido que resolver circunstancias como elegir operarse y no asistir a Lima o perderse los Olímpicos, una decisión que califica como la más complicada, pero igualmente la mejor.
“En todas las reflexiones que he hecho en esta cuarentena esa es la más delicada porque como competidor necesitas competencia, necesitas competir para sentir esa adrenalina para saber si lo que estás haciendo da resultado. Me ha costado porque he tenido que encontrar cuestiones fuera de la alberca para sentir esa adrenalina. Extraño mucho competir”, agregó.
POR LA CALIFICACIÓN
La velocista buscará su calificación a Tokio en los 50 y 100 metros libres posiblemente en el mes de noviembre o diciembre, tomando en cuenta que la posposición de los Juegos Olímpicos le permite tener más tiempo para atacar ese objetivo.
“Yo iba a buscar la marca olímpica en mayo-junio de este 2020 en Mónaco, estaba ya lista. Obviamente todo se mueve un año y para hacerlo en la misma competencia tendría que ser en 2021. Ahora con un poco más de tiempo, puedo buscarlo a fin de año y llegar muy bien a los Juegos”; sentenció.
La marca que debe dar la nadadora es de 24.77 segundos en los 50m libres (su mejor marca es de 25.15 segundos) y de 54.38 segundos en los 100m libres (su mejor tiempo es de 55.39 segundos).