Esta tarde cuando el reloj marque las 16:30 la puerta de cuadrillas de la plaza de toros El Relicario, se abrirá para ver a tres jóvenes coletas. La empresa que coordina el gerente operativo Curro Leal ha programado en el segundo festejo de la llamada Feria de la Independencia al español Ocaña Serrano, al zacatecano Luis Ignacio y el poblano Héctor Gabriel, quien finalmente podrá debutar en esta plaza donde empezó la ilusión de ser torero.
Con esta corrida ya suman 6 los festejos realizados en esta plaza en lo que va del año. Tres corridas más la novillada en el marco de la feria y ahora estas dos corridas de la Feria de la Independencia. Desde el 2011, no se programaban más de cinco festejos en un año en la plaza de toros El Relicario de Puebla, misma que en este 2018 estará cumpliendo en el mes de noviembre treinta años de vida.
Para esta tarde, la empresa decidió complementar los toros de Guanamé que quedaron tras el fuerte aguacero de la corrida del 16 de septiembre con arrogantes ejemplares de Real de Saltillo. Registrando algunos en la báscula 590 y 570 kilos, respectivamente.
La afición se ha ido enterando paulatinamente que El Relicario de Puebla está de vuelta, por lo que el ambiente ha crecido para esta tarde con respecto a la corrida anterior.
El clima se pronostica agradable y es poco probable la posibilidad de lluvia y menos de viento, el mayor enemigo de los toreros.
Por su parte, los tres jóvenes alternantes de esta tarde se han preparado intensamente en el campo bravo. Ocaña Serrano ha estado en diferentes ganaderías como Zacatepec, Guanamé y el pasado viernes San Antonio Tepetzala entre algunas otras, mientras que el poblano Héctor Gabriel después de su salida en hombros en Teziutlán, volvió a ver actividad el 16 de septiembre en Tlaxcala, donde dejó constancia de su avance ante ejemplares de De Haro. Luis Ignacio desde que llegó de Zacatecas a Puebla, de inmediato se fue al campo bravo tlaxcalteca para así estar listo en esta tarde.
El día ha llegado y los poblanos tienen nuevamente actividad taurina en su plaza, solo falta que se llegue la hora de abrir la puerta de toriles y como se dice en el patio de cuadrillas: ¡que Dios reparta suerte!