Reencontrarse con el triunfo después de tanto es comoreencontrarse con un viejo amor. Se sabe de la pasión que aúndespierta; pero se desconfía de los lamentos o gozos que éstapodría generar… luego entonces muchos abdican a correrriesgos.
Pero Lobos no
Los universitarios jugaron el partido más serio de latemporada: defendiendo y atacando en bloque, sacrificándose pararecuperar el balón y asestando los golpes necesarios para alzarsecon la victoria 3 por 0 ante un grande del futbol mexicano comoCruz Azul.
Y no, Cruz Azul no perdió por una “cruzazuleada”; Lobos lossuperó con ganas, amor propio, buen futbol. Dicho en seispalabras: La Manada aulló con justo merecimiento.
Para muestra el tanto de Julián Quiñones, quien después desemanas sin marcar reanudó romance con el gol para abrir lapizarra en el cubil.
El colombiano poseedor de un talento incuestionable para jugarcon quien se le antoje, pero traicionado en más de un momento porsu cabeza, peleó hambriento un balón por arriba con Jesús Coronapara ganárselo y meterse con el balón al arco.
Cruz Azul pidió la falta, el árbitro no concedió, Lobosbuscó el gol y el futbol premió el esfuerzo de un hombre quedejó de ser soberbio con la pelota por lo que a veces hace fuerade la cancha.
Lo hecho por Quiñones contagió a todo el equipo, pues LaManada defendía y atacaba en bloque.
Pero con Cruz Azul en su campo lo atacó haciéndose largo conun balón proyectado por derecha a Jonathan Fabbro. El paraguayo leganó la espalda a la última línea del Cruz Azul y enfiló alarco para cruzar su disparo a Jesús Corona.
Cruz Azul caía ante todos los pronósticos en el cubil 2 por0.
Si Puebla pudo con Monterrey el miércoles, por qué no Loboscontra La Máquina el sábado.
Sin embargo, la fiesta estaba incompleta y Rafael Puente delRío creyó justo mandar a la cancha a Lucero Álvarez para elcomplemento aprovechando una “lesión” de JorgeVillalpando.
Osado el movimiento porque limitaba a La Manada a hacer por unhombre más en el campo si llegaba a necesitarlo.
Aunque el sábado todo parecía destinado a salirle a losuniversitarios, quienes redondearon la goleada desde los 11 pasosluego de que Corona bajara afuera del área a Escoto cuando ésteganaba un balón con la ventaja para quedar mano a mano.
La falta, con la magia de la repetición, ocurrió fuera delárea; pero el central Diego Montaño, quien consultó con elasistente uno Marcos Quintero, decretó la pena máxima.
Quiñones pidió el esférico, el portero Álvarez corrió hastael otro costado para cobrarlo como recordando sus tiempos en elAscenso y así redondear su regreso.
Sin embargo, el colombiano le negó la chance, pues hasta en esotenía una revancha que saldar por los penales fallados al arranquedel certamen y lo hizo engañando a Corona para sentenciar el3-0.
Después el silbante volvió a equivocarse al no echar a Coronacuando éste cortó una jugada manifiesta de gol. Tal vez seapiadó de una máquina que volvió a las andadas, a acostumbrarsea vivir descarrilada.
La victoria de Lobos fue la victoria de los reencuentros: JulianQuiñones con el gol y por partida doble; Lucero Álvarez con elfutbol después de verlo desde la barrera por la famosa fractura;Lobos con el amor de su afición, a quien le debía un triunfodesde hace mucho.
EL DATO
Lobos siempre que marcó primero jamás perdió. Cinco victoriasy dos empates así lo demuestran.
ALINEACIONES
LOBOS BUAP.- Jorge Villalpando (P); César Cercado; FranciscoRodríguez (C); Heriberto Olvera (Carlos Adrián Morales 79’);Luis Advíncula; Pedro Aquino; Eduardo Tercero; Juan Carlos Medina;Jonathan Fabbro; Amaury Escoto (Emmanuel Herrera 75’); JuliánQuiñones (Gol 11’ y 72’ (P)). DT. Rafael Puente.
CRUZ AZUL.- Jesús Corona (P)(C); Omar Mendoza; JulioDomínguez; Francisco Silva; Julián Velázquez; Gabriel Peñalba;Felipe Mora; Martín Rodríguez (Rosario Cota 77’); AdriánAldrete; Edgar Méndez; Rafael Bacca. DT. Francisco Jemez.