Hace dos años Gerardo Benavides lo dijo casi a manera de confesión: “¿Tú crees que si hubiese sabido que me iban a ofrecer a Monclova habría comprado otra franquicia?”.
Apenas tenía dos años y medio que había adquirido la franquicia de los Pericos de Puebla y en ese lapso ya los había metido a dos finales -compartida con Moreno Valle en 2014- y disfrutado del banderín de la Liga Mexicana en 2016.
No pasó mucho tiempo desde la conquista del gallardete cuando un mes después -en octubre- ya se sabía que Altos Hornos le había ofrecido la franquicia de los Acereros de Monclova.
La propuesta convenció a Benavides y para diciembre se anunció lo que ya se sabía: Grupo Gimsa era el nuevo dueño de los Acereros.
El reto paras Benavides fue inmediato: llevar a los Acereros por primera vez a un título de las Liga Mexicana después de dos finales fallidas.
En febrero de 2017, cuando presentaron a Von Hayes como mánager, nuevamente en la zona de Angelópolis Benavides estuvo cara a cara ante los medios poblanos.
Respondió uno a uno los cuestionamientos y se responsabilizó de lo que más tarde se convirtió en un desmantelamiento total de los campeones Pericos para pasar a formar parte de los Acereros.
Eso sí, empeñó su palabra: “No descobijaré a ninguno de mis hijos y Pericos, como siempre, tendrá un equipo protagonista”.
“Tampoco llevarme a todos me garantiza que voy a ser campeón con Monclova, pero es lo que decidió la directiva”, dijo en ese momento.
En las redes sociales no cesaron los ataques para Benavides, pero pese a que la mayoría de los campeones pasaron a Monclova, dejó en Pericos el material suficiente para pelear en el sur.
César Tapia, Issmael Salas, Alberto Carreón, Sergio Pérez, que habían sido parte del campeonato, se combinaron con un Jesús Arredondo, que tuvo una campaña de ensueño, y el gran relevo como timonel de Tim Johnson, para llevar a los Pericos a su cuarto banderín de la zona sur, y a su tercera final del circuito en las últimas cuatro campañas.
Aquella tarde de domingo en el Hermanos Serdán el propio Benavides levantó orgulloso el trofeo del sur y esa afición que algún día se sintió molesta reconoció la conquista.
Para este 2018 circuló el rumor que acompaña a la franquicia desde el 2011 a la fecha. “Pericos se va de Puebla”.
“Nadie me ha hecho una oferta formal por Pericos, pero si cumplen mis condiciones, vendo”, dijo Benavides a principios del año en una visita a Puebla para presenciar un choque de preparación.
“Aunque quiero aclararte que la prioridad la tendrá gente de Puebla, pero si nadie se acerca tampoco hay con quien negociar”, agregó.
En ese momento aparecieron diferentes nombres, entre ellos de poblanos como Enrique Ventosa, y hasta la misma familia Moreno Valle, de la que se decía que quería recuperar el equipo.
“Eso no es cierto, es una absoluta mentira”, aclaró Juan Carlos, el menor de la dinastía que en 2014 bajo su presidencia llevó a los Pericos a la gran final.
Ya iniciada la campaña se dice que gente de Grupo Gimsa viajó a Puebla para negociar con un grupo interesado en adquirir al equipo, pero tampoco se logró nada.
Entonces aparecieron los nombres de TV Azteca y Grupo Imagen entre los posibles compradores, pero fue otro “borregazo”.
Ya para la segunda campaña del 2018 el rumor creció y creció. Y todo indica que en pleno desarrollo de la temporada se concretó la venta del equipo a un grupo que todavía no surge a la luz, pero que ya pactó con Grupo Gimsa para adquirir la franquicia, incluso moverla de Puebla.
En la oficina de los Pericos dicen no saber nada, pero por el hermetismo que guardan demuestran lo contrario.
ASÍ CONVIENE
Pericos no dejaría Puebla por la poca asistencia que registró el Hermanos Serdán en la última campaña, ya que es un mal que persigue por lo menos al 50 por ciento de los 16 equipos que integran el circuito, y porque así conviene a los intereses de Grupo Gimsa.
Es comprensible, si se toma en cuenta que el beisbol nunca ha sido negocio -salvo para algunos vivales-, y si mantener un equipo es complicado; contar con dos escuadras es mucho más difícil todavía.
Si el deseo es que los dos sean protagonistas, entonces se tienen que abrir la chequera y el gasto se multiplica.
Es por eso que Gerardo Benavides habría tomado la decisión de vender a Pericos: para enfocar sus baterías en un solo equipo y ese, obviamente, es Acereros, el club de sus amores, el club de su ciudad natal y el club con el que añora ganar un campeonato.
“Por el bien de los dos equipos el licenciado tiene que vender a Pericos”, dijo en su momento José Meléndez, quien fungió como presidente ejecutivo del equipo desde la salida de Juan Villarreal. Ya comenzaba la campaña del 2016.
“Es lo más sano para todos”, agregó Meléndez.
LA HISTORIA
A Gerardo Benavides le tocó un año difícil cuando tomó las riendas del equipo en el 2015. Levantó la voz para quejarse de las condiciones que presentaba el Estadio Hermanos Serdán, lo que originó que el Gobierno del Estado remodelara el escenario, que fue reinaugurado por el gobernador Rafael Moreno Valle días antes del inicio de la campaña del 2016.
“Yo ya cumplí” le dijo en ese momento el ejecutivo a Benavides. “Ahora que el equipo lo haga ganando el campeonato”.
Cinco meses y medio después Moreno Valle, Benavides y todo el equipo festejaban en el zócalo la conquista del gallardete.
Todo parecía miel sobre hojuelas. Meses después apareció la noticia que cambió la cara de la historia: Gerardo Benavides era nuevo dueño de Monclova.
Fue normal. Se había hecho dueño del equipo de su ciudad natal, que de nuevo volvía a manos de la familia.
“¿Si lo hubiera sabido tú crees que hubiera comprado otra franquicia?”, cuestionó Benavides.
Una pregunta muy cierta, que responde las dudas que hoy asaltan a los aficionados poblanos.