Corea del Norte ha anunciado su ausencia de los próximos Juegos de Japón 2020, con el argumento de la pandemia de covid-19 que afecta a todo el mundo, situación que puede parecer un simple pretexto y que tiene su origen en la enemistad que hay con el bloque occidental y sus amigos. De igual manera, Estados Unidos ha tenido similares actitudes, al punto de tener que negar un boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, a celebrarse en Beijing, China.
La negativa de los norcoreanos parece no tener tanto fundamento, esto debido a la aplicación de las vacunas correspondientes que están siendo aplicadas a todos los atletas que asistirán a la justa deportiva, situación que se combina con una juventud y salud que reducen a un grado sumamente mínimo la posibilidad de contagio.
Por cierto, vi diversos comentarios en las redes acerca de la vacunación de la delegación mexicana y lamentablemente tenemos que aceptar que ninguna acción que haga el gobierno le satisfará a la generalidad, la ignorancia y el odio inundan al país y los deportistas que iniciaron su proceso de inmunización no se salvaron.
Todo esto me recuerda a los JJOO de 1980 y 1984, en los que la Guerra Fría fue decisiva para que los bloques que conformaban al mundo se ausentaran de las competencias hechas en Moscú y Los Ángeles.
Sesenta y seis países no hicieron el viaje a las tierras soviéticas, empezando obviamente por los norteamericanos, Japón, Israel, China, entre los más importantes, otros más del bloque capitalista, como Australia, Bélgica, Suiza, Francia, sí asistieron, pero compitieron bajo la bandera olímpica, así como lo hicieron las repúblicas que conformaron la URSS en Barcelona 92.
Unas 50 de esas naciones apoyaron la iniciativa de Washington, la cual se basó en una protesta por la invasión socialista a Afganistán, olvidándose lo que las barras y las estrellas hicieron en Vietnam, pero así es la historia, no tiene sentido ni ética.
La venganza sería 4 años más tarde, con menor número de países participantes, ya que solo fueron 14 los que no asistieron a Los Ángeles, empezando por la Unión Soviética obviamente y los miembros del Pacto de Varsovia, también estuvo Afganistán, Corea del Norte, Cuba y Angola, este último país en el que hubo una guerra civil en donde los soldados de Fidel Castro participaron con éxito, al grado tal de poner la hoz y el martillo en la bandera de esa nación africana.
Como vemos, no solo en nuestro México hay una gran división, el mundo da muestras de que estamos volviendo a ver episodios del pasado, lo cual no es raro, cualquier estudioso de la historia sabe que esta es de ciclos y que los acontecimientos se repiten de alguna manera, con diferentes escenarios y personajes, pero con similitudes que llegan a ser sorprendentes.
Esperemos ver de nuevo alguna vez un país y un planeta medianamente reconciliado, pero las circunstancias actuales nos indican que el odio y la ignorancia seguirán reinando por varios años, quizá décadas desgraciadamente. Hasta la próxima.
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