Apenas la Regidora Silvia Tanús dio a conocer el voto que rompía el empate a once, los amantes de la fiesta brava saltaron de emoción desde el lugar donde se encontraban siguiendo la sesión de cabildo del Ayuntamiento a través de la página de Facebook.
La votación se había empatado 11-11 y se buscaba desesperadamente el voto de un regidor que no lo había hecho. Nunca apareció su respuesta y tocó el turno de Silvia Tanús.
El en contra retumbó hasta la madre patria, país que, en épocas de la conquista, entre muchas cosas, trajo la fiesta brava a México y por ende a Puebla.
El conteo no se hizo esperar: 12-11 en contra de la prohibición de la fiesta en Puebla. El Regidor Enrique Guevara apresuraba a la Secretaria General del Ayuntamiento a dar el veredicto final, porque el tiempo ya se había agotado.
El voto del Regidor Joaquín Espidio nunca llegó. Y fue su voto precisamente el que salvó la permanencia de la fiesta en el municipio de Puebla. No fue necesario decir a favor ni en contra, solo con omitir su voto, sin pronunciar palabra alguna, decidió la votación. Un 12-12 hubiera significado el voto de calidad. Entonces, la historia sería diferente.
"No saben nada de toros", dijo Sergio Arturo, aficionado a la fiesta. Mientras Vicente desde su casa festejaba la decisión, y en redes sociales se daban los pronunciamientos en pro y en contra de la fiesta.
Así terminó la novela, una novela que se revivió en 2019 y que pasó como iniciativa apenas el año pasado.
La fiesta queda salvada. Ni Cholula ni Cuautlancingo vendrán al rescate, porque Puebla es y seguirá - aunque a muchos no les guste- siendo taurina.
Te recomendamos el podcast ⬇️