Es común escuchar hablar de las relaciones tóxicas, pero aunque esto siempre es asociado a razones sentimentales, también se puede hablar de ellas en el aspecto laboral y aunque no suele prestárseles atención, estas pueden trasgredir hacia la vida privada, por lo que los especialistas recomiendan trabajar en ellas pues existen claves específicas que pueden ayudar a detectarlo fácilmente.
Tan sólo entre abril y septiembre del 2021, 24 millones de estadounidenses renunciaron a su empleo en lo que fue denominado por las autoridades como la “Gran Renuncia” colocando dentro de los principales motivos los bajos salarios, la falta de oportunidades de ascenso y la ausencia de flexibilidad laboral, pero el que mayor relevancia tuvo fue el de la cultura tóxica en el lugar de trabajo.
¿Cómo se puede identificar la toxicidad en el trabajo?
De acuerdo con Rafael San Román, psicólogo y Content & PR Manager en ifeel, la toxicidad se puede presentar de distintas formas en el en el ámbito laboral, pues en algunos casos puede generarse debido a la tensión que genera una carga de trabajo excesiva e incluso una mala organización que puede desencadenar en prisas e incluso puede tener su origen en algún miembro del equipo.
Cabe señalar que este rubro también cobra factura en la reputación de la empresa, pues cuando en una empresa la atmósfera se encuentra marcada por estrés, inseguridad, conflictos y falta de comunicación, las empresas se ven afectadas ante un incremento considerable en el absentismo laboral o la rotación y la disminución de la productividad al ser considerado como un lugar no deseable.
Otras de las señas que ayudan a identificar espacios que tienen una toxicidad laboral es que se note la necesidad de líderes más inclusivos e inspiradores, que sepan escuchar y entender a su equipo, además de que sean fuente de inspiración, pues los lugares con un mal clima plantean un riesgo de depresión mayor que el de morir de una enfermedad cardiovascular o un accidente cerebrovascular.
¿Cómo se puede combatir la toxicidad laboral?
El primer punto de detención son los empleados, pues ellos son los que deben estar al centro, haciendo uso de la escucha activa, para permitir el crecimiento personal, además de dar autonomía; otra manera es el coaching, mediante el cual el líder puede desarrollar sus habilidades de poder, además de impulsar su capacidad de regulación emocional y el control de sus niveles de estrés.
Los especialistas recomiendan el uso del salario emocional, el cual puede contribuir a generar una atmósfera de trabajo favorable en forma de flexibilidad, programas de salud, conciliación, entre otros, en conjunto con un correcto salario económico; también se debe considerar la comunicación, misma que es imprescindible para difundir los objetivos, la visión y los valores de la organización.
Finalmente, se debe generar un compromiso claro y sin fisuras, a fin de formar líderes éticos y responsables con la organización y las personas que la componen; además de proporcionar un espacio libre en el que los equipos puedan expresarse sin restricciones, además de recibir apoyo neutral a la hora de superar cualquier problema u obstáculo.