Busca dinero para comprar un iPhone y se queda sin un riñón

El joven ahora requiere de asistencia médica las 24 horas tras la operación

Guillermo Pichardo

  · lunes 28 de enero de 2019

Si eres de los que ha pensado hacer hasta lo imposible por tener el celular de moda, seguro este chico asiático ya superó tus ideas, pues decidió vender uno de sus riñones para comprar nada más y nada menos que un iPhone.

Xiao Wang pensó que tomar esta decisión sería más fácil, pero ahora necesita atención médica las 24 horas tras haber concretado su plan y es que todo comenzó en 2011 cuando tenía sólo 17 años.

En aquel año, Wang, pensó que podría vender uno de sus riñones para comprar un aparato de la marca de la manzanita y así fue, con ayuda de intermediarios hizo un acuerdo con el que a cambio de dicho órgano, recibió dos mil 600 euros, poco más de 56 mil pesos.

Leer más: ¡Todo es planeado! Aquí la verdad oculta de Exponiendo Infieles de Badabun

Pero si pensabas que sus padres eran cómplices de esta decisión, no fue así, todo sucedió a espaldas de ellos y fue hasta que Xiao sufrió algunas complicaciones, que tuvieron conocimiento por lo que decidieron denunciar a los involucrados, hecho del cual hubo nueve detenidos incluido el médico.

Después de dicha intervención nada fue igual, pues el estado de salud del joven empeoró drásticamente, comenzó a sufrir insuficiencia renal y hasta la fecha se encuentra incapacitado para desarrollar su vida de manera normal.

El hecho lo dejó en cama y conectado a una máquina de diálisis, con la necesidad de tener asistencia todo el tiempo, finalmente los intermediarios del joven con los médicos, recibieron una sentencia de entre tres y cinco años de prisión.

Por su parte, la familia Wang recibió una indemnización de 17 mil euros, equivalentes a más de 360 mil pesos.

Puede interesarte: [Video] Matan a machetazos a perro pitbull en Atlixco

No te pieras: [FOTOS] Ella es la Kim Kardashian mexicana que está impactando en redes

Leer más: [Video] Piensan que su bebé está poseída y la entierran viva