Buzo se deforma tras sumergirse en el agua, ¿qué le ocurrió?

Hay algunas actividades que a simple vista parecieran sencillas y que simplemente bastará con un determinado equipo para lograrlas, dejando de lado todo tipo de preparación física, sin embargo, este último también es fundamental para que todo salga a la perfección y no se corra ningún riesgo, eso lo sabe Alejandro Ramos, un buzo que vio su vida cambiar en 2013.

Pues pese a tener los conocimientos sobre esta actividad, minutos después de haber salido a la superficie se percató que su cuerpo comenzó a hincharse, manteniéndose así hasta ahora, pareciendo incluso que portara el aditamento de un jugador de fútbol americano, además de que son constantes sus visitas al Centro Médico Naval donde es estudiado su caso, pero, ¿qué le pasó?

¿Qué le pasó al cuerpo de Willy?

Todo comenzó a finales del 2013 cuando Willy, como lo llaman su familia y amigos, desempeñaba sus actividades laborales con normalidad buceando a 30 metros de profundidad en busca de choros, nombre con el que son conocidos en Perú los mejillones, por lo que incluso se dice que trabajan de manera artesanal, pues pasan largas horas despegándolos y recolectándolos.

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Incluso señalan que la actividad que determina el tiempo que permanecen sumergidos en las frías aguas es la necesidad de orinar y el caso de Ramos, el propio hombre a afirmado que con sus años experiencia tenía la capacidad de aguantar hasta ocho horas, pues para él implicaba una pérdida de tiempo y orinar en la superficie no es la opción por los trajes elaborados con cámaras de llantas de camión.

Varios metros sobre su cabeza uno o más tripulantes reciben el producto recolectado y alimentan con gasolina cada 90 minutos una máquina que comprime aire y se lo envía al buzo mediante una manguera que coloca directamente en la boca, pero esa tarde una lancha se acercó demasiado a su embarcación y una hélice rompió el conducto condenando al sujeto a subir de golpe 36 metros, cambiando apresuradamente de presión causando que el nitrógeno se disolviera y se resguardara en el tejido graso, los huesos y el sistema sanguíneo donde retomó su condición gaseosa.

Pero fue la falta de dinero y la vergüenza de salir a la calle la que evitó recibiera atención hasta que se pusieron en contacto con el por parte de la Marina de Guerra de su natal Perú, pues no sólo se trataba del factor estético, sino que también comenzó a presentar un dolor de huesos que le impide caminar con normalidad a además de que su pecho emite un silbido cada que respira.

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¿Qué provocó que le sucediera esto al buzo peruano?

Si bien del codo hasta los pies su estructura es la de cualquier hombre sano de 56 años, el contorno de sus bíceps es de 62 y 72 centímetros cada uno, además de que de cada cono nace un bulto que tiene encima de otro más grande que se fusiona con los hombros, por lo que incluso sus pectorales inflados cuelgan sobre el estómago que, al igual que la espalda, caderas y muslos, presenta un volumen mayor.

Incluso el hecho de que las Fuerzas Armadas decidieran estudiar su caso es con la intención de determinar si fue alguna enfermedad externa la que lo pudo haber provocado, esto debido a que el caso de este hombre sería único e inédito en la historia de esta actividad, aunque el ascenso rápido pudo empujar el nitrógeno a crear burbujas que obstruyeran la circulación de la sangre, efecto que se conoce como síndrome por descompresión.